Mario César Otálvaro


Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá
Buenos vientos soplan por los lados del Once Caldas, que con apenas dos victorias seguidas se metió en carrera e iluminó el cariño de los hinchas, y que ya es semifinalista de la Copa gracias a Juan Carlos Henao.
Sin el atrevimiento de calificar los éxitos frente a Chicó y Nacional como el despertar definitivo y la respuesta a la labor entre semana, por lo menos esas bocanadas llegaron cuando la respiración parecía artificial.
Se dieron en el momento oportuno para reafirmar la confianza en el equipo, en el cuerpo técnico, abriendo esa ilusión de que con trabajo, repeticiones, entrega y actitud, se están tratando de superar los defectos de base.
Como exposición, el choque frente a Nacional marcó un punto alto, solidificado por el triunfo, con argumentos en control de pelota y seguridad atrás, que de hecho se han valorado, resaltando el aporte del venezolano Lucena. Con Moreno ha montado una dupla convincente por producción, estabilidad y entendimiento, reforzada por minutos de juego, y respaldada por Cuadrado, y los complementos de Murillo, Hárrison, Marimón, Lopera y Quintero.
Tanto es así que solventaron dificultades ante una delantera eficaz y eficiente, con variables por las bandas con jugadores rápidos y encaradores como Andrés Escobar y Yimi Chará, y con potencia por el medio con Jefferson Duque y Luis Carlos Ruiz.
El otro día el técnico Torrente señaló que el problema estaba en resolver la jugada final, no en su construcción, contrario a lo que se ve, al punto de que buscó soluciones como la de Piedrahíta, con tino y acierto en un comienzo.
Uno, porque Marlon es el goleador del Once Caldas tras las anotaciones contra Chicó y los verdes, así como también por la libertad de movimiento que le ha ofrecido, ganando en dinámica, velocidad porque la tiene, y sorpresa.
El carecer de un verdadero creativo apunta a que se planteen alternativas, con la fortuna de encontrarlas de manera parcial, y en la obligación de seguirlas creando porque las neutralizaciones de los rivales van a venir. Porque arriba ni hablar, van 7 goles en 8 partidos, solo 2 marcados por los delanteros. A Arango se le mojó la mecha hace rato, y Arias ya anotó el del semestre, pues basta recordar su porcentaje en el Once Caldas para entender sus limitaciones.
Pero en gracia de discusión, digamos que lo importante es estar en la pelea, la clasificación más que un objetivo debe ser una obligación, y los últimos ´brochazos’ alientan la esperanza, generando un clima positivo entre la hinchada.
Sin lanzar campanas al vuelo, con moderación, y sin posturas sobradoras de Torrente, porque así como se aplaude la racha, imposible ignorar los 8 puntos perdidos ante Pasto allá, y luego con Patriotas y Jaguares en el Palogrande.
Esta tarde Santa fe, un contendor lleno de distracciones por su presencia en la Suramericana y en la Copa, como para aprovechar, pero nada fácil porque es bestia negra, siendo el único invicto del campeonato, y con una plantilla altamente competitiva.
Para llenar el estadio y seguir soñando en la recuperación plena de este Once Caldas que no puede ser inferior a su historia, ni a su hinchada, y menos con la ciudad y con un torneo en el que todavía no adquiere real protagonismo.
P.D. La gloria reservada para Cuadrado a pocos días de la eliminatoria, se la está llevando Juan Carlos Henao como premio a su constancia, profesionalismo y dedicación, pero que un arquero de 43 años sea la figura, deja cosas que pensar...
Hasta la próxima...
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