María Leonor Velásquez Arango


¿Está feliz con su vida, le encanta lo que hace, no lo cambiaría por nada? o está esperando que aparezca la oportunidad para hacer un cambio, que venga el mago y le ofrezca ese tesoro tan anhelado, tal vez el príncipe azul en un caballo blanco, o el trabajo ideal con el doble del sueldo, o montar ese negocio para ser su propio jefe o tener más tiempo libre para hacer lo que más le gusta. Y si quiere hacer otra cosa, ¿qué está esperando para ponerse en movimiento? Desde la silla cómoda de su oficina o de su casa no va a encontrar lo que quiere, las oportunidades están en el movimiento, no en la quietud y lograrlas no depende de otros, depende de usted, de su nivel de compromiso y confianza.
¿Cómo así? Muy sencillo, las cosas no suceden por casualidad, la gente que tiene éxito es porque se lo ha trabajado, tiene claro lo que quiere y lo busca, ¡se arriesga! Sin embargo, algunos de nosotros nos quedamos en nuestro sitio de comodidad anhelando estar en otro lado y pensando en lo que el otro ha conseguido y preguntándonos por qué no a mí. La diferencia tal vez esté en que esa persona que usted tiene como referente de éxito, dio ese paso sin quedarse en los ‘y si…’ y si llamo y no me contestan, y si voy y no están, y si las cosas no salen bien… Qué pasa si en cambio de ponernos todos esos ‘y si…’ nos ponemos en modo ‘y ¿por qué no?’.
El mundo hoy es de los emprendedores. Mucho más que montar un negocio, emprender es una manera de vivir y no se logra si no estamos dispuestos a correr riesgos, si no nos atrevemos a dar ese primer paso y cada vez dar un primer paso. No hay que lanzarse al abismo de una vez, la idea es avanzar poco a poco, para que el cerebro, el cuerpo y las emociones se adapten. Si tratamos de hacerlo de una vez y no logramos lo que queríamos, lo más probable es que no volvamos a intentarlo. Un emprendedor es alguien que inspira y para eso es necesario estar conectados con lo que nos apasiona y nos compromete a dar el 100%; si el compromiso es más bajo, aparece la duda y como dicen ‘ante la duda abstente’; se frena el entusiasmo y dejamos de intentarlo. La fórmula es ‘hago lo que me apasiona, doy todo, sirvo de inspiración a otros y ayudo a cambiar esto que hoy no funciona’.
Lo invito a viajar al futuro, cierre los ojos ‘Hoy es el 11 de marzo de 2020 y usted está viviendo la vida que siempre quiso vivir’ ¿Cómo es? ¿Dónde está? ¿Qué está pasando? ¿Quiénes lo acompañan? Imagínese con el mayor detalle posible todo lo que pasa, póngale nombres, colores, sonidos y sienta que está allí; disfrútelo y sonría porque consiguió todo lo que quería. Comparta con alguien lo que vio y sintió, ponga su sueño en presente como si ya fuera suyo. Este ejercicio puede ayudar a que descubra qué es eso que quiere, atrévase a soñar y créaselo. No se quede ahí, si no lo pone en acción nunca pasará de ser un sueño. Tal vez esto ya lo haya hecho y usted piense, eso ya lo sé y no sirve. El punto aquí no es si lo sabe, es si lo puso en acción. ¿Qué necesita hacer para llegar allá? ¿Cuáles son esas creencias que no lo dejan avanzar? Es importante que reconozca lo que lo frena ‘no soy capaz, eso no es para mí, no lo voy a lograr’ o cualquier frase funesta que le hayan dicho y se la creyó. No trate de hacerlo todo ya, no espere a tener todas las respuestas, dé el primer paso y ¡atrévase! No importa si no logra lo que quería, lo más grave que puede pasar es que aprenda algo nuevo. Y cuando lo haga, dé el siguiente primer paso y continúe. Arriésguese, déjese sorprender y disfrute con cada logro.
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