María Carolina Giraldo


Con el inicio del proceso de desmovilización de las Farc en el país se ha dado un cambio en los temas prioritarios del debate público. Los casos de Reficar, Odebrecht, Saludcoop, Café Salud, la coyuntura de la reforma tributaria, la baja participación política han influido para que la lucha contra la corrupción sea el nuevo asunto de la agenda pública. Es posible pensar que haya algo de arbitrariedad en la escogencia del tema ¿por qué no la educación, la lucha contra la pobreza y la inequidad, el fortalecimiento de la justicia, la seguridad ciudadana? Tal vez se deba a que la lucha contra la corrupción es transversal a todos los anteriores y requisito fundamental para el éxito de cualquier política pública encaminada a mejorar los aspectos arriba mencionados. La Procuraduría y la Contraloría no se ponen de acuerdo sobre los impactos de la misma, pero la primera estima que en Colombia la corrupción se traga unos 22 billones de pesos anuales, y para la segunda son cerca de 50 billones.
Los avales a funcionarios públicos hoy detenidos e investigados por corrupción, delitos electorales y hasta asesinato, es uno de los principales cuestionamientos que tiene que afrontar hoy el partido del vicepresidente y próximo candidato presidencial Germán Vargas Lleras. Actualmente, Cambio Radical cuenta con 2 gobernadores destituidos, 2 detenidos y otro más tuvo que renunciar para hacerse cargo de una investigación penal y se encuentra privado de la libertad. 14 militantes del partido de Vargas Lleras han sido condenados por parapolítica.
El Partido de la U, así como su alianza con el Partido Liberal y el Partido Conservador, se han hecho célebres por el eufemismo de la mermelada, sus militantes están comprometidos en los casos de Odebrecht, Reficar, el fraude al fondo de prestaciones sociales del magisterio en Córdoba y Norte de Santander, el robo de las regalías, los cupos indicativos, el cartel de la hemofilia...
Por su parte, el Centro Democrático, que ahora lanza denuncias sobre casos de corrupción, es ya famoso por la Yidispolítica, el Agro Ingreso Seguro, los falsos positivos, las chuzadas, la parapolítica. Sus miembros también empiezan a ser salpicados en los casos Odebrecht y Reficar. Expertos en posverdades y hechos alternativos, llevan años apelando a un recurso antiguo: afirmar que se trata de una persecución política. Ahora, su nueva excusa es también una vieja conocida: "fue a mis espaldas".
El Polo Democrático se ha negado a asumir alguna responsabilidad de los negocios de los nietos del dictador, así como por su respuesta tardía, desarticulada y poco clara respuesta respecto de los hermanos Moreno. Hasta el nuevísimo Partido Verde se ha visto señalado por casos de corrupción, sobre todo en las regiones.
En estos tiempos de eufemismos, en el cual a las mentiras en lo público les decimos: posverdad o hechos alternativos, los ciudadanos debemos estar especialmente atentos para no servir de idiotas útiles de los políticos de turno. Ya empiezan, desde algunos partidos, de los arriba señalados, a tomar las banderas de la lucha contra la corrupción. No está lejos el día en el cual, sin ninguna vergüenza, el señor Vargas Lleras, con tono indignado y alto vibrato, se convierta en el defensor de la transparencia en la gestión de lo público.
El proceso de alcanzar un acuerdo de paz con las Farc, así como el inicio de la implementación del mismo, ha dejado al país especialmente fraccionado entre quienes apoyamos una salida negociada con este grupo guerrillero y aquellos que encuentran inconveniente este proceso. La lucha contra la corrupción puede ser ese factor que vuelva a unirnos, a los pocos colombianos que no interesa la política, en torno a un tema prioritario.
En el Departamento, desde hace más de 30 años, la Corporación Cívica de Caldas ha hecho una trabajo juicioso, solitario y en contra del viento de los poderosos con el fin de garantizar una gestión de lo público transparente. Hacer parte de la Corporación es una acción positiva para trabajar y ayudar en la lucha contra la corrupción.
Nota aclaratoria: En mi anterior columna, asumí, de manera irresponsable, que la causa de la muerte de la niña Mariana Henao, ocurrida en el corregimiento de Arauca en enero de 2017, había sido un asesinato. Hasta el momento, el Instituto de Medicina Legal no han establecido la causa de su muerte.
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