1. América
La frecuente frase de: América para los americanos, sale a relucir de tiempo en tiempo cuando los estadounidenses norteamericanos y más propiamente sus gobernantes se apoderan del concepto que les indica de una manera arbitraria que América es únicamente ellos.
En el resto del continente la realidad es otra por cuanto ya sea que se adopte la definición de cuatro plataformas continentales: América, Eurafrasia, Oceanía y Antártida, o, la tradicional de cinco o, la de seis o, quizá la de siete: Norteamérica, Suramérica, Europa, Asia, África, Oceanía y la Antártida, en todas el territorio designado, 1538, en honor a Américo Vespucio, otras teorías indican que la denominación podría proceder de: Amerrique -en Nicaragua- o la del mercader Richard Amerike, se extiende desde el océano Glacial Ártico hasta las islas Diego Ramírez.
Para un canadiense o un mexicano o un argentino o un colombiano o sus vecinos, América es su propio continente, de tal manera que es tan americano un guatemalteco como un chileno o un panameño.
Con la globalización de la tierra, a veces injusta por lo agresiva incluyendo la denominada popularmente ley del embudo, en casi todos los aconteceres propios de la vida de los habitantes, se han perdido muchos de los tradicionales límites, en amplio sentido, de sus países.
Indudablemente, la universalización trae ventajas como en las coberturas de las comunicaciones y las facilidades de los desplazamientos, pero no se pueden usurpar los conceptos de patria porque ello implica al menos la pérdida de los nichos tradicionales, de los recursos naturales propios, la eliminación de las tradiciones culturales y así podría seguirse enumerando otras consecuencias hasta llegar a la pérdida de la identidad propia de los pueblos.
Algún día llegará un ordenamiento diferente y totalitario de las decenas de territorios y miles de millones de habitantes como resultado de la decisión de los pueblos que pretenderán construir una tierra diferente. Pero no será mañana ni pasado. Mientras tanto ningún país debe apropiarse de lo propio de muchos, por más poderoso que sea en lo financiero, lo industrial, lo económico, lo investigativo, lo educativo y lo militar.
¿Tendrá algún valor en la actualidad el concepto y la realidad de Patria y podrá ser defendida como lo hizo un inmigrante, el héroe Jaime Rook? 

2. Hipócrates
En el Hay Festival de Cartagena, se va a presentar un famoso neurocirujano: Henry Marsh, quien se va a referir a su libro titulado: No hacer daño, 2014, en donde hace varios análisis sobre aspectos médicos y muy especialmente referenciados a una milenaria latinizada frase de Hipócrates: Primum non nocere, Primero no hacer daño, referida varias veces por esta columna. Este principio ético del ejercicio de la medicina es sagrado para quienes consideran la salud y la integridad de sus pacientes como prioridad indiscutible.
De otro lado, es absolutamente cierto que los tratamientos, casi todos, pueden tener efectos secundarios, unos graves y otros leves, y el médico con su formación y experiencia debe decidir libremente lo que conviene a su paciente y éste puede igualmente con libertad innegable adoptar la mejor alternativa previa presentación por parte de su médico. Esta decisión es intransferible salvo en casos como niños, en coma, enfermedad mental con pérdida de la capacidad intelectual o pacientes en interdicción.

3. Instituto Nacional de Salud
Hoy se cumple el primer centenario de la fundación del Instituto Nacional de Salud. Dos científicos de la época: Bernardo Samper Sordo y Jorge Martínez Santamaría, impulsados por diferentes motivos aunaron esfuerzos para resolver problemas de infecciones en sus familiares pero creando un laboratorio que pudiera servir a la sociedad bogotana y subsidiariamente a otras zonas del país.
La entidad se ha transformado en varias oportunidades hasta la actualidad cuando se tiene un Instituto fortalecido en el campo de la salud pública con extensión real a todo el país y sede de referencia para programas de las Organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud.
Es imposible pensar ahora en las batallas contra endemias, epidemias y pandemias que comprometen a Colombia, sin su presencia científica, de producción, de capacitación y normativa del Instituto.