Jorge Raad


¡El paludismo un azote aún vigente! A pesar de los nuevos o aparentemente modernos agentes infecciosos, enfermedades como: la tuberculosis; la amibiasis; el dengue; las neumonías o las diarreas, tanto parasitarias como virales o micóticas; las encefalitis y las miocarditis siguen estando presentes y produciendo muertos.
Los parásitos causantes del paludismo, al menos cinco especies, atacan todavía al ser humano y a otras especies de animales que han sufrido la enfermedad o han servido de vehículos de experimentación para diferentes propósitos.
La larga historia de este padecimiento abarca varios milenios y posiblemente ha comprometido a toda la estirpe humana desde su misma evolución inicial. Muchos científicos con sus investigaciones han conducido a entender la verdadera biología del parásito agresor así como la del necesario transmisor que perpetúa la enfermedad entre los seres humanos.
Nombres como Sir Ronald Ross, Premio Nobel 1902; el francés Alphonse Laveran, Premio Nobel en 1907; el cubano Carlos Finlay; los italianos Ettore Marchiafava y Angelo Celli, están estrechamente ligados a los descubrimientos esenciales del paludismo. Los norteamericanos Walter Reed y William Gorgas fueron quienes indicaron las medidas epidemiológicas preventivas durante la construcción del Canal de Panamá.
Es reconocida la acción verdadera e histórica del árbol Cinchona, pubescens y otras especies, originarias del Perú, famosos han sido Los Polvos o cascarilla de la Condesa, introducido en Europa en 640 por los jesuitas y posteriormente analizado y descubierta la quinina, 1820, como el principio activo curador del paludismo, por los franceses Pierre Joseph Pelletier y Jean Bienaime Caventou.
El paludismo todavía es fuente importante de investigación desde diferentes ángulos.
Los años de enfermedad siguen siendo una demostración evidente del poder de los tradicionales agresores a las personas y de la importancia de los vectores que se denominan Anopheles, de los cuales han sido descritos en Colombia al menos seis especies: albimanus, neivai, nuñez tovari, darlingi, pseudopunctipennis y puntimacula, los cuales se encuentran en varias zonas geográficas de Colombia: toda la Costa Pacífica y la franja occidental, zona del Urabá hasta el oriente, la Amazonia y los Llanos Orientales, respetando las alturas por encima de 1.600 metros sobre el nivel del mar, aunque en Bolivia la adaptación les ha permitido llegar hasta 2.400.
Se conocen las cifras mundiales actualizadas, 2015, cuando se presentaron 214 millones de casos nuevos. La mortalidad ascendió a 438.000 personas. Las cifras colombianas del 2013 revelan que hubo 40.768 casos y 17 muertes, con el 78% de la población, libre de transmisión.
La adopción de políticas sanitarias en la Asamblea Mundial de la Salud, determinaron metas para el 2030: Reducir la tasa de incidencia de casos de paludismo en un 90%, como mínimo; disminuir la tasa de mortalidad por paludismo en un 90%, como mínimo; erradicar el paludismo en 35 países, como mínimo y prevenir el regreso de la enfermedad en todos los países sin paludismo. Todas ellas pueden ser logradas si hay decisiones gubernamentales, apoyo técnico y financiero de entidades nacionales o transnacionales con el apoyo de las comunidades implicadas.
Tan importantes han sido las decisiones avaladas por todos los actores incluyendo el gobierno, que es evidente la reducción del número de casos en Colombia cuando en el 2001 se informaron 105.719. Ello supone actividades multilaterales que incluyen el control del vector, el tratamiento oportuno de los enfermos, además de la educación y protección de personas susceptibles.
¿Podrá acabarse el paludismo? A pesar del deseo y pedido de las autoridades de salud, ello no es fácil. La vacuna, para uso humano todavía no está aprobada a pesar de los trabajos realizados y otros que están en diferentes fases de experimentación. Y la vacuna es apenas una parte del control.
No es lo mismo una vacuna contra una partícula viral simple como contra el Virus Rota, productor de diarreas, que la que hay que producir contra un parásito muy complejo como es el caso de los plasmodios sobre todo el P.falciparum, agente del paludismo más severo.
Nota: Un Hospital o Clínica universitaria no solo es importante para las Escuelas de Medicina.
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