Efraim Osorio


El verbo ‘requerir’ es transitivo, por lo cual no pide la preposición ‘de’ para su acusativo, por ejemplo, “la salud de los niños guajiros requiere la atención esmerada e ininterrumpida del gobierno colombiano”. Casi todos los que emplean este verbo le agregan la preposición, como el redactor de la siguiente frase: “...lo que nos abriría otra fuente de ingresos como proveedores de materia prima a otras licoreras que requieren de ella...”. (LA PATRIA, 19/2/2016). “...a otras fuentes que la requieren”, construcción en la que el pronombre ‘la’ reemplaza a ‘materia prima’, el complemento directo de esa oración. Es correcta la construcción cuando la preposición ‘de’ introduce un complemento circunstancial, verbigracia, “los colombianos requerimos del presidente explicaciones claras y completas de lo que se está cocinando en Cuba”, porque, en este caso, el complemento directo es ‘explicaciones claras y completas’, y ‘del presidente’, complemento circunstancial de procedencia. Con el verbo ‘requerir’ se manifiesta también la autoridad con que se pide algo, por ejemplo, “el juez lo requirió para que se presentara sin falta a las audiencias”. Cervantes lo emplea con el significado de “examinar con detención el estado de una cosa”: “Sancho descolgó las armas, que, como trofeo, de un árbol están pendientes, y, requiriendo las cinchas, en un punto armó a su señor...” (I, XXIX).
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‘Un profesor’, en su llamada a La voz del lector, afirma: “Mucha gente dice que lo pillaron infraganti (...). La expresión correcta es inflagranti, por eso se dice delito flagrante” (LA PATRIA, 3/3/2016). Esta locución adverbial ‘infraganti’ (‘in fraganti’), castiza, muy castiza, procede de la latina ‘crimine flagranti’, que se encuentra en el Código de Justiniano, y significa “en flagrante delito”. En castellano quiere decir “en el mismo momento en que se está cometiendo el delito o realizando una acción censurable”. Puede expresarse también de las siguientes maneras: ‘en fragante, en flagrante, en flagrancia’, pero no ‘inflagranti’. Nota: El código de Justiniano es la “primera en fecha de las grandes obras legislativas de este príncipe, que deseoso de unificar todas las constituciones imperiales, nombró en el año primero de su reinado (528) una comisión de la que formaba parte el jurisconsulto Triboniano, la cual dio cima a una primera edición publicada al año siguiente, en 12 libros, que no ha llegado hasta nosotros” (Enciclopedia Uteha).
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Del columnista Fernando Alonso Ramírez: “Moradores en el Valle del Abra inician el período abrense es la primera noticia que registra el libro y que data del año 13 mil a 11 mil antes de Cristo...” (LA PATRIA, 4/3/2016). Según la Ortografía de la lengua castellana, los números que indican una fecha deben escribirse todos, siempre, con números arábigos, así: “...que data del año 13000 a 11000 a, de C.”; castizamente, “de los años 13000 a 11000...”, porque es plural. En este caso, los números deben escribirse seguidos. “En cambio -enseña el susodicho manual-, la separación sí puede aplicarse si el número de más de cuatro cifras cuantifica el sustantivo ‘año’, esto es, si expresa ‘cantidad de años’: Hace 40 000 años...”. Además, en la frase citada falta un signo de puntuación después de ‘abrense’, que puede ser o el punto o los dos puntos. Él sabe escoger.
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Desde La Bella Villa escribe Fernando Alonso Ramírez: “En todas las oficinas de Bancolombia hay un letrero o aviso muy bien hecho materialmente pero con este contenido: " ‘Prohibido la manipulación de todo aparato electrónico’ ". El protuberante error de concordancia
participio pasivo masculino, sustantivo femenino- causó la extrañeza del cibernauta. ¿Por qué no la de los responsables de su redacción? La respuesta, ignorancia, desconocimiento de la elemental norma gramatical que enseña que el participio pasivo de los verbos, por su carácter de adjetivo, concuerda con su sustantivo en género y número. La frase de Bancolombia debió ser redactada así: “Prohibida la manipulación...”. Si el sustantivo es masculino, masculino el participio, verbigracia, “Prohibido el uso...”; si plural el sustantivo, plural el participio, por ejemplo, “prohibidos los celulares...”, “prohibidas las manifestaciones....”. Como digo, elemental.
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Un gazapo de una sola yema, pero ésta, enorme: “Una verdad oculta; HABRÁN muchas de las cuales ni tengamos idea...” (LA PATRIA, John Harold Giraldo Herrera, 9/3/2016). Sin comentarios.
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