José Jaramillo


“Con emoción patriótica” debe registrarse el apoyo que universidades, fundaciones y capitalistas con vocación filantrópica les dan ahora a los jóvenes, fomentando el emprendimiento. Así se disminuye la empleomanía al servicio de la politiquería; o a las órdenes del crimen organizado. Y hay que celebrar también la formación in situ de los jóvenes campesinos, como los Proyectos Pedagógicos Productivos de los comités departamentales de cafeteros y el Sena, de modo que los muchachos desarrollen microempresas con los recursos de su entorno, mejorando los ingresos de las familias campesinas y capacitando a las personas mayores con nuevas técnicas de producción agrícola, para que sean más eficientes, mejorando, de paso, la calidad de la vida rural. Así abren los ojos los campesinos para desechar los cantos de sirena de los electoreros, que prometen conseguir con los gobernantes recursos que nunca llegan después de las elecciones; y hacer “puentes donde no hay ríos”, como dice un bambuco. Uno de los senadores más sonados llegó al Capitolio Nacional con votos de los productores cafeteros, con un discurso demagógico contra la Federación Nacional de Cafeteros y el gobierno. Organizó marchas de protesta y juró hacer aumentar el valor de la carga de café. Una vez elegido para un segundo período parlamentario e instalado en las grandes ligas de la política nacional, no volvió a la “provincia paria”; y ni tinto toma, porque le produce agrieras. Pero los miembros de su “equipo legislativo” cada que hay elecciones desempolvan el megáfono y se van a vociferar por pueblos y veredas, a ver cuántos votos le consiguen al senador, que alguna vez se ofreció como “salvador” de los caficultores.
La historia del empleo en Colombia siempre ha tenido que ver con la política partidista, desde los tiempos del bipartidismo. Y mucho del desarrollo industrial, agroindustrial y comercial del país se le debe a los que tuvieron que inventarse cómo sobrevivir, cuando recorrieron los “peladeros de la oposición”. Es decir, los liberales, cuando gobernaban los conservadores, y viceversa. Para citar unos pocos ejemplos, Bavaria, Avianca, el Banco de Colombia y Cementos Samper fueron empresas creadas por ciudadanos liberales, en épocas de la hegemonía conservadora, a finales del siglo XIX y principios del XX. Y los ingenios azucareros, la ganadería de selección y las arroceras, entre otros, los desarrollaron capitalistas conservadores en tiempos de la República Liberal.
El fomento al emprendimiento tiene, además, valores agregados, como el estímulo a la creatividad, la generación de empleos y divisas, la transformación de materias primas, la tributación y el desarrollo de nuevas tecnologías para producir energía; además de fortalecer la franja demográfica de la clase media. Ese es el camino correcto.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015