Fernando-Alonso Ramírez


Para entender los conflictos que afrontan los indígenas de Cauca no basta con escuchar las afirmaciones calenturientas de congresistas de esa región que hablan de que dividan el departamento; tampoco las imágenes de televisión en donde se ve cómo sacan de sus territorios, cargados si es necesario, a militares y policías; no funciona saber que los indígenas ordenan a guerrilleros no poner vallas en su territorio y los armados optan por matar a quienes los retan; ni siquiera se logra entender leyendo un par de crónicas de enviados de Bogotá para hacer lo que saben, simplificar.
Una manera de aproximarse a la realidad de ese territorio colombiano y entender un poco de ese conflicto de siglos que se presenta entre los indígenas que habitan esa región y los actores armados o el Estado colombiano, en ocasiones, es leer La fuerza del ombligo - Crónicas del conflicto en territorio nasa, del cronista José Navia Lame.
Este payanés se ha dedicado a narrar a Colombia, durante años en El Tiempo, y ahora desde diferentes publicaciones como Semana, Soho, elmalpensante o en los diarios afiliados a Colprensa o por encargos de instituciones como Fescol.
Ser caucano le permitió desde sus inicios ganarse la credibilidad de líderes de ese territorio para contar lo que sucedía, como cuando lo retuvo el grupo Quintín Lame hasta los hechos mas recientes de esta realidad compleja que se eterniza.
En buenahora la Editorial Universidad del Cauca seleccionó esta obra de Navia Lame en la convocatoria para sus publicaciones del 2014. El resultado es la compilación de crónicas escritas a lo largo de los años, un testimonio vívido, periodístico, realista, de esos conflictos que no parecen que se solucionen solo con la firma del proceso de paz con las Farc, que desconfía de la cultura nasa, por pacifista y resistente.
"El cronista sabe, por ejemplo, que no es casual que cuando los nasa se dedican a esa labor silenciosa del tejido en lana están tejiendo sobre todo, vida y humanidad. Y sabe también el cronista que en ese contacto con la comunidad él no puede estar desprovisto de sentimientos porque no es un robot". El prólogo de este documento, a cargo de Juan Carlos Pino Correa, es una lección, en breves palabras, de lo que es la crónica y del papel del cronista, el mismo que cumple Navia con lujo de detalles, como lo ha demostrado en Confesiones de un delincuente (2000), libro que se ha convertido de culto; o en Historias nuevas para la ropa vieja (2001), sobre los ropavejeros de Chapinero en Bogotá, un veterano de mil batallas que mantiene activa su pluma y sigue siendo un maestro del oficio, sin protagonismo, lejos de la farandulización que vive el periodismo y mucho más dedicado a seguir siendo un reportero pensante que busca explicar las realidades de nuestro país.
El pueblo nasa se queda en su territorio, el que se va quiere regresar. La explicación se resume en el título de esta obra que nos permite entender mejor esa parte del país. Y son historias del conflicto porque se entiende que no se trata solo de silenciar fusiles, sino que hay varios fenómenos que se han eternizado en el tiempo, exclusión, maltrato, desconocimiento de acuerdos, que tienen que ser tarea para soluciones después de una firma de paz, porque si ese papel se logra concretar, de nada servirá si la realidad no cambia en las regiones de Colombia. Leer para conocer este país.
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