Del 15 al 18 de octubre se realizó en Bogotá Expoespeciales, feria de cafés especiales organizada por la Federación de Cafeteros y Procolombia, en un marco donde el principal objetivo fue dar a conocer en el mercado internacional nuestra oferta en café de alta calidad. A diferencia de versiones anteriores, donde hubo presencia importante de grandes compradores, aquí, los productores tuvimos el espacio comercial para presentar nuestro producto a comercializadores pequeños y medianos que buscan café diferenciado por fuera del mercado de genéricos. Este espacio es donde puede materializarse todo el esfuerzo de los productores en creación de valor en café. 
La macrorrueda de negocios permite que productores cafeteros encuentren clientes que estén interesados en sus productos y reconozcan el valor generado. Los compradores se preocupan porque lo que pagan por su café llegue realmente a los productores, construyendo una trazabilidad en doble vía, aspecto del cual no están seguros bajo la modalidad actual del negocio. 
Crear valor en beneficio de una comunidad implica generar "bienes" para los involucrados que permitan obtener un efecto por dividendos o por distribución que genere justicia, y el mayor aporte posible al bienestar común. En café, el esfuerzo que hacemos construyendo valor debe ser para los generadores del mismo, y no que una vez obtenido se lo entreguemos a intermediarios para que reciban los mayores dividendos. Por eso el espacio que ofrecen estos eventos abre una serie de opciones de comercio directo y justo para los productores. 
La rueda de negocios no solo es para café especial por taza. Puede conferírsele algún grado de especialidad a muchos de nuestros cafés que son valorados por los clientes de diversos mercados. Los cafés de género se hicieron presentes con asociaciones de mujeres cafeteras, que, por ese solo hecho, ya abren espacios de comercio para su producto sin necesidad de tener altos puntajes de calificación en catación. Igual que la anterior, se abren posibilidades para cafés de comunidades, étnicos, por procesos ecológicos, solidarios, humanos o regionales, por lo que es importante que cada productor, cada región, cada grupo, busque qué factor de diferenciación puede explotar para encontrar clientes que reconozcan sobreprecios por ellos. Hay que hacerle "marketing" para venderlo y volverlo tangible. 
La propuesta es incluir otros valores independientes del valor económico que sean complementarios o sustitutivos, los mismos que se crean con alianzas de cooperación que los hacen únicos, para que no sean apropiados por otros utilizando las plataformas tecnológicas para gestionar la información. Sorprende encontrar que muchos de estos compradores quieren consolidar contenedores de café especial, que son microlotes, con volúmenes mayores de café tradicional que por el hecho de tener alguna historia podrían valer más. 
La garantía institucional de compra del café, que es un activo muy importante de nuestra actividad, ha facilitado la comercialización de nuestro producto, pero también ha impedido que busquemos iniciativas de generación de valor por desconocimiento o por temor. Nos quejamos de la situación, pero le tememos más a hacer algo novedoso que a seguir como estamos. Innovemos en producto de alta calidad, social, ambiental y especialmente en comercialización para construir cadenas de valor con negocios transparentes, inclusivos y de verdadero comercio justo. 
Ahora que pasamos dificultades derivadas del intenso verano, los productores celebramos la posibilidad de exportar pasillas, tratando de darle valor a lo más malo, por qué no esforzarnos por generar valor y diferenciación en el bueno, no hemos podido "descomoditizar" nuestro café ni nuestra mente. No podemos seguir esperando que vengan a comprarnos en los términos de los exportadores. Salgamos a vender con generación de valor.