Rodrigo Alberto Peláez


Los cafés certificados con sellos de sostenibilidad, más que una denominación de especial, se están convirtiendo en requisitos para comercializar café en algunos países europeos. Empresas transnacionales expiden códigos de conducta a los cuales nos debemos someter los productores para acceder a un sobreprecio al momento de la venta y que subordinan al sello "Café de Colombia". Una vez comprados se hacen pruebas de catación, se clasifican de acuerdo a su taza donde saldrán buenos y malos; si no dan la calidad podrían pasar de nuevo al café corriente sin mucha pérdida, ya que se pagó muy poco sobreprecio por ellos y ayudan a mejorar la calidad del café estándar. Si la calidad es buena, es allí donde adquiere precio hacia una categoría superior en la escala que son los cafés especiales por calificación de taza. Aparecen entonces los cafés especiales, de origen y exóticos que son pomposamente ofrecidos en los mercados por multinacionales en lujosas tiendas y coffee shops especializados a precios por libra siempre arriba de dos dígitos de dólar.
Localmente los productores recibimos por esos cafés sobreprecios entre $2.000 y excepcionalmente $5.000 por arroba (2,4-6 centavos de dólar por libra), cuantía mucho menor a los gastos en que incurrimos para cumplirle al sello. No conozco ningún productor que considere que este sobreprecio remunere con justicia su café. Hay que buscar para el productor primas que se midan en dólares por libra, no en pocos centavos, y la creación de un sello "Alta calidad Colombia" que sea sólido para sustentar un alto valor en el mercado.
Algunas certificadoras hacen inversiones en las comunidades difundidas mediáticamente como actos de generosidad y colaboración, pero se olvida que son pagadas con los dineros que dejaron de percibir los productores al vender barato su café, son estrategias comerciales disfrazadas de ayudas a la comunidad. Las alianzas de exportadores con estas empresas no transfieren valor al caficultor. El problema no es el precio del café especial, este se paga alto en el comercio internacional, el problema es que los productores no capturamos ese alto valor que paga el mercado. Unas pocas iniciativas privadas (con dificultades y por su cuenta y riesgo) han incursionado en comercio directo, pero se debe estructurar institucionalmente un apoyo a cafeteros para que sean empresarios de sus fincas, independientemente de su tamaño. Vendemos el café el sábado en el pueblo y nos desentendemos de qué pasa hacia adelante, qué destino y qué precio alcanzó.
Estas certificadoras con gran capacidad logística y organizacional agrupan comunidades alrededor de los sellos para alinearlos en sus intereses comerciales, y se llevan esos muy buenos cafés nuestros por mínimos sobreprecios. Esta estructura comercial debe ser reevaluada y es el deber de nuestra institucionalidad estar del lado del productor y diseñar modalidades de comercio directo; debe hacerse un esfuerzo para que los productores que se esmeran por diferenciarse tengan una remuneración acorde a ello y que puedan ser sostenibles. No olvidar que esta sería una solución para el 35% de la producción. Solo de esta manera podremos generar empleo digno que permita trabajo en igualdad de condiciones con empresas formales.
Este cambio debe partir de la educación al caficultor (principal generador de valor) quien es el eslabón más débil de la cadena productiva. Quien tiene la información tiene el poder y no podemos permitir que la ignorancia de nuestros productores sea el principal patrimonio de los exportadores. Esperemos que desde la nueva gerencia de la FNC se trabaje por cambiar el comercio de los cafés especiales y que no siga siendo oscuro como la bebida y amargo como el mal café.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015