La política institucional de los últimos años ha logrado aumentar de nuevo la producción por encima de los 12 millones de sacos y algunos hablan de llegar a 16 millones de sacos, para seguir siendo importantes en el contexto mundial. Hoy los productores cafeteros nos vemos en dificultades, por la disminución de la mano de obra para recolectar esa cantidad de café y más difícil será en la medida en que la producción aumente. La mayor producción es café genérico sin valor agregado que se comercializa de acuerdo al contrato C en bolsa de NY. ¿Si es esta política una salida al problema? Colombia con su agricultura de laderas y todos los procesos dependientes de la mano de obra no es competitivo ante modelos productivos mecanizados en llanuras y con tecnología en la selección del grano maduro. ¿Qué tan sostenibles somos con los precios actuales, si estamos produciendo a pérdida, y ese precio en otros países es altamente rentable?

Tenemos zonas de altas producciones por hectárea que producen un buen café tipo Federación, pero que desde el punto de vista de calidad de taza no son altamente representativos, por lo que son muy buena materia prima para mezclas. Los cafeteros hemos sido "formados" dentro de un concepto de productividad de muchas arrobas por hectárea al menor precio posible. Nuestra caficultura tecnificada difícilmente puede producir más arrobas a menor costo y aún así no somos competitivos.

En esas condiciones es necesario replantear el modelo de negocio cafetero en Colombia. Seguir produciendo genéricos sin gran posibilidad de generar valor en origen no tiene sentido, sería mejor producir menos pero con producto altamente diferenciado y que acceda a otros mercados donde se paga la calidad. Si miramos los protagonistas de los cafés de alto valor en el mundo (Ruanda, Kenia, Panamá, Guatemala, Salvador, Yemen, Burundi, etc) muchos de ellos aparecen en el mapa con poca cantidad producida. Estos cultivadores tienen alta productividad medida en dólares por hectárea no en kilogramos.

Debemos identificar qué negocio queremos y en cuál somos competitivos, no le veo posibilidad de sostenibilidad en el largo plazo a formatos empresariales en zonas bajas, este modelo ha ido desapareciendo y muchos productores han cambiado a otros cultivos, me parece que se debe apoyar financiera y técnicamente esta reconversión, porque son zonas óptimas en calidad de suelo y oferta ambiental que pueden ser más rentables en otros cultivos.

En café la opción es ir especializando la producción, identificando zonas con potencial para café especial, apoyo para obtener alta calidad, generar valor en origen y reestructurar el modelo comercial para que se le retribuya al productor, transfiriendo valor a su producto. Actualmente la mayoría de estos buenos cafés son comprados con mínimos sobreprecios, bajo sellos que son más estrategias comerciales en sus mercados que comercio justo para los productores. Debemos crear una "alta calidad Colombia" para café por encima de 83 puntos SCAA con una institución especializada en comercializar (delgada burocráticamente), este tipo de café que no permita que ese producto salga del país por tan bajo precio. Debemos replantear si queremos que nos sigan manejando el negocio.

La institucionalidad no debería seguir el juego comercial de las multinacionales en cafés especiales. Especialicemos la comunidad cafetera con potencial. Debemos crear escuelas de la calidad de café para que haga seguimiento, acompañamiento y retroalimentación al productor, para que produzca mejor. Enseñarle qué café tiene, cómo lo puede mejorar y ser consistente en la calidad, para que cree una identidad de su origen, similar a lo que se hace en los vinos y pueda acceder al comercio justo de su producto.