Elizabeth Ortiz Palacio


La insistencia en vigilar el nivel de hidratación puede parecer demasiado recurrente, especialmente en vacaciones y Mundial de fútbol, pero es un tema importante que merece ser reiterativo. La deshidratación causa numerosos ingresos hospitalarios e incluso, una cifra considerable de fallecimientos que se podrían evitar.
Recordar que se debe beber suficiente agua a lo largo del día parece obvio. Sin embargo, el 70% de las personas reconocen que toman menos de 4 vasos al día en condiciones normales. Muchos expresan estar atentos a la sed o que se hidratan a través de alimentos o líquidos diferentes. Otros sólo beben agua cuando sienten sed.
Cada individuo tiene necesidades diferentes. Según las condiciones de salud o enfermedad, la necesidad de agua y líquidos varía. Es importante adquirir el hábito de hidratarse para que en circunstancias excepcionales, por ejemplo cuando hace mucho calor, se ha hecho un esfuerzo físico extraordinario, se es persona mayor o convaleciente o si se ha pasado una gastroenteritis o fiebre.
Los niños, personas mayores, deportistas, embarazadas y lactantes son el principal grupo de riesgo para presentar deshidratación. Ésta es distinta dependiendo de si se ha perdido más agua o más electrolitos, sobre todo sodio. Por lo tanto, su tratamiento también varía.
En condiciones normales de temperatura y humedad, las mayores pérdidas de líquidos son a través de la orina y en menor cantidad, por el sudor, la piel o los pulmones. Cuando el calor es fuerte, las pérdidas por sudor se incrementan hasta 1.5 litros. Si se practica ejercicio de manera intensa y prolongada, se reduce la eliminación de líquidos por la orina, pero aumenta por el sudor.
Una forma de saber si se está bebiendo la cantidad suficiente de agua es comprobar que se orine por lo menos en cuatro ocasiones en el día y que su coloración sea amarillo claro. Si la orina es amarillo ocre o más oscura y no se están tomando vitaminas o medicamentos que la afecten, se debe incrementar la ingesta de agua.
La edad, peso, estatura, sexo y estilo de vida condicionan el uso que hace el cuerpo del agua y la demanda de hidratación para mantener el ritmo. Una persona muy activa hace mayor gasto calórico y necesita mayores cantidades de agua para hidratarse, una persona sedentaria necesita menos.
Tenga en cuenta que el primer signo de deshidratación es la sed. Si no se atiende, la deshidratación persiste, se presenta dolor de cabeza y fatiga. Si la deshidratación es severa, el cuerpo se debilita y puede presentar taquicardia, escalofríos, náuseas e incluso llegar al desvanecimiento.
La deshidratación por pérdida de agua puede ser efecto de insolación, trabajo en condiciones extremas de calor o frío, o no se suplieron las demandas de sales al efectuar actividad física. La cantidad de agua que se debe beber depende de la persona, las circunstancias físicas y ambientales. Cuando se presenta la necesidad de ingerir líquido, se recomienda también, consumir frutas, verduras y preparaciones refrescantes. Las sopas son una opción con sabor, en temperaturas altas se pueden ofrecer frías a los niños o reemplazarlas por batidos de frutas.
Recomenraciones:
*Sea consciente de la necesidad de hidratarse.
*Elija agua o bebidas naturales, no azucaradas.
*Utilice agua embotellada.
*Establezca el hábito de hidratarse.
*En días calurosos incremente el consumo de frutas y verduras.
*Nutricionista Dietista Clínica
Universidad Nacional de Colombia
Educadora acreditada en diabetes
saludablearas@yahoo.es
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015