Elizabeth Ortiz Palacios * saludablearas@yahoo.com.co

La enfermedad celiaca afecta al 1% de la población y condiciona la alimentación de muchas personas y sus familias. Genera una inflamación del intestino delgado, una pérdida de las microvellosidades y una alteración en la absorción de los nutrientes.

Esta condición se da por una intolerancia permanente al gluten, constituyente de cereales como el centeno, la cebada y el trigo. Igual por salsas y productos precocidos. Perjudica el sistema inmunitario.

También están los pacientes que pueden optar por una dieta sin gluten, ya que son sensibles a este elemento pero no son celiacos. Condición observada en personas con una predisposición genética no muy marcada.

Síntomas recurrentes:

* Pérdida de apetito y de peso.

* Vómito.

* Diarrea.

* Distensión y dolor abdominal.

* Retardo del crecimiento en los niños.

El diagnóstico más fiable se da por un análisis de sangre y una biopsia intestinal. Después de los exámenes, el único tratamiento efectivo es seguir una alimentación sin gluten de por vida. Eliminarlo de la dieta no es fácil, pero es un trabajo que se debe hacer. Esta se debe cimentar en frutas, verduras y hortalizas frescas.

Los errores alimentarios en la patología se ven influidos por diversos factores: la edad en que se diagnostica al paciente, el conocimiento de la enfermedad y el manejo psicológico que se le dé.

Vale señalar que los alimentos se clasifican según la cantidad de gluten que aportan. Estan los que contienen menos de 20 miligramos de gluten por kilogramo y aquellos con menos de 10 miligramos por kilogramo. Cualquier producto solo muestra en su etiquetado la declaración sin gluten cuando garantiza que la presencia de esta sustancia es inferior a las cifras anteriores.

Si tiene algún síntoma, consulte.

Nutricionista y dietista clínica de la Universidad Nacional de Colombia. Educadora acreditada en diabetes.