Elizabeth Ortiz Palacios * saludablearas@yahoo.com.co

La Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo público un estudio sobre el impacto global e incidencia que tiene el consumo de embutidos y carnes rojas en la salud en general y en el desarrollo del cáncer.

Definió las carnes procesadas como aquellas que han sido trasformadas por la sazón, el curado, la fermentación, el ahumado u otros procesos que se usan para mejorar el sabor o su conservación. Mientras que relacionó como carnes rojas, a aquella fibra muscular de mamíferos como la res, la ternera, el cerdo, el cordero, el caballo y la cabra.

En el informe expuso que el riesgo de padecer cáncer colorrectal a causa del consumo de productos procesados o embutidos era alto y que también había un riesgo de sufrir de la patología a nivel de páncreas y de próstata si se ingerían las carnes rojas, pero de esto último no dio total certificación.

El riego existe y, aunque no se ha confirmado el por qué, hay que mantener la calma para evitar alarmismos injustificados. Estas inquietudes pueden por desgracia ser contraproducentes, dado que buena parte de la población llega al desconcierto y concluye que todo produce cáncer sin revisar en realidad sus hábitos.

Debemos considerar entonces que en todo esto influye como se trabajan los productos. En Colombia, por ejemplo, la crianza del ganado se da en grandes extensiones con mucho sol y comiendo pasto natural. Ahí es donde está el problema, no se incentivan pequeñas parcelas para muchas cabezas con raciones establecidas.

El consumo de carne debe ser moderado. Si es de res se puede ingerir dos veces por semana y variarla con otras carnes. La ingesta de estas no debe ser ni continua ni excesiva, ya que se asocia a problemas de salud.

* Nutricionista y dietista clínica de la Universidad Nacional de Colombia. Educadora acreditada en diabetes.