Darío Arenas Villegas


Manizales fue designada como la ciudad con mejor calidad de vida en 2015 por la Red Cómo Vamos. El análisis se realizó comparando10 ciudades en medio de la profunda crisis que atraviesa el país, por lo que de entrada es dudoso que alguna de estas poblaciones pueda ir genuinamente bien, teniendo en cuenta que a todas se les han aplicado las mismas políticas de salud, educación, agro, industria y empleo.
El sondeo de Cómo Vamos está basado en la percepción de los ciudadanos, es decir, en su valoración sobre asuntos tan variados como la situación de la salud en los municipios o el estado de los andenes en los barrios. De las 38 preguntas realizadas, 32 son netamente de opinión (lo que siente, piensa o cree el entrevistado) y 6 responden a datos concretos, como la afiliación a seguridad social o la cobertura en servicios públicos. Ya que la encuesta está basada en el punto de vista de los encuestados, no es extraño que existan contradicciones, como el hecho de que el Concejo de Manizales haya tenido una favorabilidad del 67%, al mismo tiempo que el 65% de los encuestados evaluó su gestión como mala.
Un hecho resalta en el análisis. En la mayoría de preguntas sobre satisfacción con las ciudades, Manizales ocupa el primer lugar mientras en las 6 que responden a criterios objetivos, ocupa puestos rezagados. Por ejemplo, a la pregunta sobre si la situación económica del hogar estaba mejor que el año pasado, Manizales ocupó el sexto lugar, ya que 7 de cada 10 encuestados consideraron que la economía familiar no había mejorado o había empeorado.
Existen otros indicadores que se acercan mucho más al objetivo de medir la calidad de vida o el desarrollo de las sociedades. Para citar uno, el Reporte Mundial de Felicidad de la ONU se encarga de medir el bienestar de los países a partir de elementos mixtos, como la expectativa de vida, el ingreso per cápita, la percepción sobre la corrupción en el sector privado y oficial, el apoyo social ante las dificultades, etc. Por eso no sorprende que en 2015 los países mejor ubicados fueran Suiza, Islandia, Dinamarca, Noruega y Canadá, que han logrado avances importantes en ingresos económicos familiares, sistemas públicos fuertes en salud y educación y bajos índices de
corrupción.
Así las cosas, el análisis comparado de la Red Cómo Vamos no es el mejor instrumento para medir la calidad de vida de las ciudades colombianas pero revela aspectos importantes asociados a la satisfacción y al orgullo. Las condiciones de vida en una población intermedia como Manizales son menos dificultosas que en grandes ciudades como Cali, Medellín y Bogotá, razón por la cual la movilidad y el transporte son factores mejor valorados, lo que a su vez acentúa el orgullo de los ciudadanos.
El orgullo de vivir en Manizales debe impulsarnos a salir del estado de confort en el que han estado los gobernantes de las últimas décadas, que se han dedicado sin beneficio de inventario, a replicar las malas políticas nacionales en la ciudad.
Es muy importante el orgullo, pero no basta.
Hay que sentir el mismo orgullo y pertenencia para hacerle frente a las desigualdades, para superar el modelo de empleo de los grandes call centers, para combatir el desempleo y la informalidad, para exigir que el agro y la industria local se recuperen y para luchar por mejores condiciones de vida para todos.
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