MARGARET SÁNCHEZ
LA PATRIA | MANIZALES
“La prueba final del conocimiento es tu capacidad de transmitirlo a otra persona”, Richard P. Feynman.
Esta frase la usa la manizaleña Catalina Villegas Burgos para explicar la importancia de divulgar la ciencia, sacarla de los laboratorios y los anaqueles y acercarla a la gente para que tome mejores decisiones.
De pequeña soñaba con ser astronauta y periodista. Ahora, con 33 años es ingeniería física y con un curso en Periodismo Científico. Sus dos pasiones se unen en su trabajo en Canadá, donde desde enero del 2017 es la responsable de la divulgación y de los contenidos del Centro de Ciencias de Montreal, un lugar como Maloka, en Bogotá, o Parque Explora, en Medellín.
“Me encargo de hacer la actualidad científica accesible al público que nos visita física y virtualmente, en el sitio web. Las exposiciones que desarrollamos necesitan carteles de interpretación, con un lenguaje claro y sencillo. También presento datos curiosos o insólitos”, comenta.
Las pasiones
A Catalina desde niña siempre le han causado admiración e intriga los misterios del Universo, el Big Bang, la formación de las galaxias y los planetas. “El espacio y el cosmos me interesaban mucho. Sin embargo, nunca dejé de lado otra pasión, el periodismo. Mi papá, Jorge Villegas, influyó mucho. Él estudió física y trabajó en LA PATRIA”.
Se decidió por la Ingeniería Física, la cursó en la Universidad Nacional, sede Manizales. Al graduarse, quiso compartir sus conocimientos, así que trabajó como profesora en el Gimnasio Los Cerezos, donde estudió; el colegio Granadino y la Universidad Autónoma.
En el 2010 se fue a vivir a Montreal (Canadá). Pasaron dos años mientras logró adaptarse como residente y mejoró su francés. “Un día visité el Centro de Ciencias y pensé que sería rico a trabajar ahí. Dejé la hoja de vida, pasó un año y me llamaron”.
La manizaleña comenzó como mediadora, su labor era guiar las visitas, explicarle a los niños y liderar recorridos. Cinco años después llegó a su actual cargo como divulgadora científica.
“Me llena de satisfacción cada vez que leo algo que no sabía, me emociono tanto que se lo quiero enviar a todo el mundo, se lo quiero explicar a mi mamá. Para mí es natural. Esa misma sorpresa que siento quiero transmitírsela a los demás”, afirma.
Diversión
Para ella, escribir de ciencia es una mina inagotable. Expresa que las ideas están en todos lados, desde los hallazgos de la NASA, las investigaciones universitarias, hasta preguntarse por qué los seres humanos se pasan energía entre sí.
“Lo que se necesitan son canales para difundirlas. Por eso me gusta ser un medio para contar con mis propias palabras, mi toque personal, mis chistes y mi enfoque, para que otras personas se interesen. La información queda a su disposición”, narra.
Catalina invita a volver la ciencia divertida y dice que el humor es un gran aliado. Señala que la comparación, la anécdota y la exageración son elementos narrativos, que usados correctamente, ayudan a que la gente comprenda una información fría o técnica. Los engancha y les ayuda a que se les quede grabado, afirma la ingeniería física.
Recuerda el caso del juego de palabras que usó para una exposición sobre el ingenio autóctono. Tenía que hablar sobre los trineos para perros. Catalina no tuvo problema con el resumen de unas 50 palabras, en el que explicó qué hacen y por qué se deslizan en la nieve. El reto llegó al titular el cartel. “Debía buscar algo que enganchara. Me metí a internet y busqué expresiones en francés que utilizaran la palabra perro. En español hay varios dichos, pensé que en ese idioma también”.
En su búsqueda encontró la expresión le traîneau avoir du chien, que en su traducción literal significa los trineos tienen perro, pero en francés quiere decir que algo es bacano, sorprendente. “Ahí tenía el doble sentido, llamaba la atención y destacaba los trineos”.
Interés
La manizaleña insiste que cuando se habla de ciencia no hay que olvidar que hay seres humanos detrás: “Que tienen dificultades, que se pasan la noche en vela para encontrar una novedad, un resultado. A veces tienen que rehacerlo todo para lograr su meta. Se nos olvida que la ciencia está construida sobre hombros de gigantes, como lo decía Carl Sagan”.
Por eso invita a difundir sus hallazgos, para que la comunidad conozca en qué se invierten sus impuestos y sepa qué hacen desde la ciencia para avanzar como sociedad. “Lo que se desarrolla tiene implicaciones, tenemos el derecho y el deber de decidir si estamos de acuerdo con las prácticas que se realizan, con la inversión en ciencia, las políticas en educación, medioambiente, salud, para la propia vida y para tener conciencia en la protección del planeta”, apunta.
Catalina anima a sus paisanos a explorar más en la ciencia, pues un gran potencial en la amabilidad y la empatía propia de los caldenses. “Podemos ser esa semilla en el país para generar un cambio colectivo”.
Discípula Aleph
Foto | Tomada de Facebook Carlos-Enrique Ruiz | LA PATRIA
En el 2006, cuando cursaba su penúltimo semestre en la Universidad Nacional, sede Manizales, Catalina Villegas Burgos participó en la octava edición de Cátedra Aleph, del profesor y exvicerrector Carlos-Enrique Ruiz. “Si hay algo que me enorgullece, con humildad, es haber asistido a la Cátedra. Fue una plataforma que me ayudó a encontrarle un sentido humano, un enfoque que beneficie a la sociedad a lo que hago”.
En esa ocasión, en el Aula del estudiante de la mesa redonda, discutieron sobre la tolerancia y el respeto, con un ensayo de Karl Popper. “Allí no existe el profesor como un ser superior, que imparte conocimientos, sino como un guía que nos ayuda a construir y a tener consenso”, indica.
Al preguntarle a Ruiz por Catalina sin pensarlo expresa: “Es una alumna asombrosa, de gran talento. Con notable capacidad de escritura y de formulación de ideas, con atinada exposición. Dio muestras, en las que ha perseverado con profundización, en las áreas convergentes de Ciencia, Arte, Humanismo (pensamiento, literatura/poesía). Con apenas 17 años ganó un premio internacional de Poesía, convocado en España. Y también obtuvo un premio nacional”.
El docente destaca las habilidades en poesía, dibujo, pintura y modelado en papel. “Con despliegue de belleza. Un libro mío lleva ilustración suya de Quijote con pluma en vez de lanza”.
Catalina se considera una discípula de Carlos-Enrique Ruiz. “Al estilo griego, en el que ambos nos transmitimos ideas y tratamos de compartirlas con los demás”.
El pasado 7 de mayo, 14 años después, Catalina regresó a la Cátedra para compartir sus experiencias en Montreal (Canadá).
Entrevista completa de Carlos-Enrique Ruiz
¿Cuál es su concepto de Catalina Villegas-Burgos?
R/. Es una joven personalidad de asombro. Por origen, viene de la estirpe de recordar de los eminentes Villegas-Velásquez; nieta de Ernesto, químico con estudios en los Estados Unidos, quien hizo en Manizales significativas contribuciones de innovación en industrias. Los otros dos, Gilberto (“Givive”, especialista en serpientes y murió por mordedura de una de ellas) y Jaime (médico, quien introdujo entre nosotros el uso de la ‘acupuntura’, pionero en la formulación de la idea de una Geotermia en el área del complejo volcánico Ruiz-Tolima, desarrollada por el Ing. Ariel-César Echeverri en la Subgerencia de la Chec), personalidades también destacadas. A los tres les debemos recuperar sus historias de vida. El papá de Catalina, con estudios de Física teórica, en carrera inconclusa en UN-Bogotá y vida un tanto desaprovechada. Catalina es portadora de un talento natural que ha ido desplegando en labores calificadas. Ejerció la docencia en colegios de Manizales, una vez graduada, antes de emprender viaje a Canadá.
¿Qué recuerda del paso de Catalina por la cátedra Aleph?
R/ Fue mi alumna muy destacada en la “Cátedra Aleph”, en la versión No. 8, correspondiente al primer semestre académico de 2006, con notable capacidad de escritura y de formulación de ideas, con atinada exposición. Por entonces estudiante de la carrera de Ingeniería Física (UN-Manizales). Dio muestras, en las que ha perseverado con profundización, en las áreas convergentes de Ciencia, Arte, Humanismo (pensamiento, literatura/poesía). Con apenas 17 años ganó premio internacional de Poesía, convocado en España. Y también obtuvo un premio nacional.
¿Qué piensa de su trabajo en el Centro de ciencia en Montreal?
R/. Cuando viajó a Canadá, hace como 10 años, trabajó allá en varias actividades de sobrevivencia, además para afianzar el dominio del francés. Ingresó por concurso al “Centre des Sciences” de Montreal, con ascensos graduales, hasta el momento de hoy que cumple labores de investigación y de escritura en temas fundamentales para exposiciones de divulgación. Acaba de graduarse en un curso sobre “Periodismo Cientìfico”, sin dejar de lado el cultivo de la lectura selecta y de la escritura, incluso ha escrito poemas en inglés y francés, además del español. También dibuja, pinta y modela en papel, con despliegue de belleza. Un libro mío lleva ilustración suya de Quijote con pluma en vez de lanza.
Foto | Tomada de www.montrealsciencecentre.com | LA PATRIA
Centro de Ciencias de Montreal.
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