Estoy por aquí de nuevo y esta vez vine para quedarme. Quiero acompañarlas, leer sus anécdotas, contarles las mías y que nos gocemos cada texto como una tarde con amigas.
Seguro ya nos hemos escuchado, pero nadie nos ha presentado.
¿Les parece una historia? Por ahí dicen que para crear vínculo con alguien primero debes conocer su historia y tal vez la mía también puede ser la tuya. #NosPasaATodas.
Las analogías me gustaron desde siempre y para mi segunda aparición en Cereza quiero mencionar una que anda rondando en mi cabeza.
La vida es como una serie de Netflix y les diré por qué: Empiezas sin saber a dónde quiere llevarte. Descubres su trama y si te gusta, te quedas ahí para vivirla. Si no te agrada, vas de nuevo al inicio y eliges una que vibre contigo. Igual es la vida con sus caminos, tú eliges a dónde vas y si no es por ahí vuelves a iniciar.
Sus capítulos son tus días, unos son buenos, otros demasiado buenos, algunos fatales y unos cuantos como para no repetir jamás. ¿Cómo sería la vida sin lo fluctuante de sus días?, la felicidad tiene sentido cuando no te han sobrado los suspiros.
Ahora sí, llegamos al punto más importante, donde entenderemos por qué en lugar de presentarme hablando de mí, dediqué un texto a hablar de series.
Se trata de la parte más esperada por todos, incluso por quienes no las ven. Nueva temporada es igual a nuevo ciclo y nuevo ciclo es igual a cambio. Aunque veas los mismos personajes, aparece gente que le da otro sentido; aunque están los cuentos de siempre, también están las historias recientes; y aunque la esencia de tu vida sea la misma, tienes todo el derecho de verla de forma distinta.
El año pasado me dediqué a la vida OFFLINE (fuera de línea, literal), según los expertos en Marketing Digital, en redes no se puede parar. Ustedes hagan de cuenta que una serie los dejó esperando el final. ¡Fatal! Pero no lo es, cuando la pausa es para ir por un balde de crispetas que te hacen bajar el drama. La razón por la cual paré, fue porque esto me gusta de verdad, y del gusto al susto solo hay un paso y no quería que ese fuera el caso. Sé que ese OFFLINE genera mucha curiosidad, pero para resumirlo un poco, fue la oportunidad para disfrutarlo todo, sin presión, sin afán, sin tener que publicar. Puedo decir que no me perdí ni un instante de vida por mirar el celular mientras me hablaban, porque sí, la vida es eso que pasa cuando uno cree que no pasa nada. Este no es un mensaje de no a la tecnología, es más bien un “vamos a compartirlo todo, pero primero vamos a vivirlo”.
Hoy estoy aquí de nuevo, con un millón de ideas, con la cabeza más suelta, con mi gente satisfecha. Por eso, los espacios son buenos, te permiten respirar y empezar de cero, te llenan de ganas y te reinventan con alas. He tenido temporadas de belleza, de vida saludable, de salud y bienestar, y sigo siendo yo. Lo único que me ha quedado claro después de este descanso es que debes estar donde puedas actuar con coherencia, dónde nada te talle, nada te incomode, donde seas feliz. ¿O quién ve su capítulo preferido con zapatos? Nadie.
Ahora estaré tras Cereza y mi nueva temporada será junto a ustedes, Les contaré historias que seguramente las harán sentir identificadas y claro que escucharé las suyas para decirles: eso también me pasó a mí.
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