Silvana Torres Corredor
LA PATRIA | CEREZA
Uno puede estar muy loco, pero no tan loco como cuando está loco por amor. Tanto, que me atrevería a decir, que al lado del amor se encuentra el secreto de la inmortalidad.
Es un lazo infinito, que no se pierde, que no se rompe, que es invencible y que no conoce los límites; puede desafiar todo lo que no permita estar (desde la distancia hasta un hogar), puede convertir los miedos en superpoderes (ocultando que también los tiene), y hasta comprar tiquetes a la Luna, aunque ni siquiera sepa a dónde va a llegar, porque en el amor la pregunta no es dónde, sino quién.
El amor es el hilo que todo lo teje y si no le alcanza una sola vida, él se encarga de juntar en la siguiente. El amor es encontrar esa pieza que hace falta, no porque uno esté incompleto, sino porque no existe algo más grande que andar bien loco por la vida y tener con quién compartir esa locura.
(Si el amor para usted no encaja a ninguna frase anterior, déjeme decirle que aún no conoce el amor de verdad).
Amar es estar justo ahora en una carretera con un carro estrellado al lado. Comprendiendo que la vida es prestada y que el tiempo de Dios es perfecto. Agradeciendo porque para el amor siempre hay una segunda oportunidad.
De Bogotá a Manizales, perdimos el control del vehículo, porque no hay control absoluto de las cosas, aunque no se crea.
Hablo de esto, no porque por locura nos accidentamos, ¡no!, simplemente así debía ser. Lo menciono porque por locura sí nos fuimos y de eso se trata, de arriesgar para vivir mucho más. Sin embargo, la lección más grande, es que hay que saber elegir muy bien, el compañero de viaje. (Podrá ser quien con un abrazo te salve de un golpe mucho más grande).
Mi locura es por amor, porque no importa hacia dónde vamos, siempre tengo una maleta lista para decirle: ¡vamos! y perderme de vista a su lado. Estos escarmientos, sirven para continuar coleccionando momentos y amando muy lento, porque eso es todo lo que tenemos y “los recuerdos, no se pueden abrazar”.
Por algo dicen que cada quién se mata a su manera, pero morir solo valdrá la pena si es por locura y si es por amor.
Yo he podido amarlo todo, amar la vida y amarlo a él, pero de todas, la que más he disfrutado, ha sido la última.
Me ha cambiado la vida, me ha hecho mejor ser humano, me ha dado la valentía para convertirme en la mujer que soy hoy.
Y si pudiera pedir un deseo por quién esté leyendo esto, espero que un amor así, le llene el alma.
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