DIEGO FERNANDO HIDALGO
LA PATRIA | MANIZALES
Las autoridades sanitarias del país están preocupadas por la aparición de focos de peste porcina clásica (PPC) en diferentes departamentos, en los últimos meses.
El más reciente se presentó en Cesar, en los municipios El Paso y Chiriguaná. En todo caso, las autoridades indicaron que eso no afecta el estatus sanitario del país frente a esa enfermedad.
Según el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), se trata de una forma de presentación aguda de la enfermedad, que hasta el momento ha causado la muerte de 35 porcinos, con evidencia clínica de afectación en los demás animales que estuvieron en contacto con los que murieron por este virus.
La entidad ordenó la cuarentena de los predios, lo que implica la restricción de la movilización de los animales de los predios afectados, la aplicación de medidas de limpieza y desinfección de las instalaciones y sacrificio de los animales enfermos.
Como autoridad sanitaria, el ICA le notificará a la Organización Mundial de Sanidad Animal, sacrificará los animales de los predios afectados y compensará económicamente a los propietarios.
Como la enfermedad se presentó en una zona de frontera con Venezuela, el ICA hizo un llamado a las autoridades para que intensifiquen los controles y así evitar el ingreso al país de animales y productos de contrabando susceptibles a la enfermedad.
El otro caso se dio en un predio productor de La Guajira, que afectó a seis animales. Como medida, se estableció un área de vigilancia alrededor del afectado, que se extendió a 29 predios, con una población de 310 porcinos.
El Plan Nacional de Erradicación de la PPC arrancó en el 2000 y desde septiembre del 2011 declaró libre de la enfermedad a gran parte del territorio nacional, incluido Caldas.
Hace por lo menos 20 años no se presentan brotes en nuestro departamento. Cuando se dieron afectaron a Anserma, Supía y Riosucio.
El plan de manejo y erradicación de un foco incluye:
Los cerdos que entran al país de contrabando pueden traer enfermedades que no se conocen en el territorio, como por ejemplo, la aujeszky, un virus que contagiaría a todos los mamíferos. Los productores los denominan como una bomba atómica.
El fenómeno creciente está llevando al traste los programas de erradicación de la Peste Porcina Clásica, que se adelantan entre los productores y el ICA, y en el que los porcicultores han aportado de su pecunio cerca de $40 mil millones.
Carlos Alberto Maya Calle, presidente ejecutivo de Asoporcicultores, dijo que de Venezuela entran 8 mil cerdos semanales para sacrifico. Es decir, que si se tiene una media de 100 kilos, es posible afirmar que en el mercado interno se colocan 800 mil kilos cada ocho días, provenientes ilícitamente del vecino país.
“Si bien es cierto que tienen el mercado de frontera y la Costa Atlántica totalmente desordenada, el peligro está en que si nos meten un foco de alta diseminación de PPC significaría, así suene crudo, el fin del sector porcícola en el país”, alertó.
El directivo gremial expresó que, por ejemplo, la PPC se tenía muy controlada en Colombia; e incluso, hay zonas libres de la enfermedad. Hace cinco años no se presentaba un brote de PCC.
“Cuando comenzaron a entrar cerdos de Venezuela, los focos empezaron nuevamente a florecer”, agregó.
La entrada de los animales tiene tres puntos neurálgicos: Cúcuta, Paraguachón y Villavicencio.
*Información de Colprensa.
95 mil familias en el país se dedican a la explotación porcícola y la producción anual puede estar por el orden de los 3 millones de cerdos.
No obtener las certificaciones de erradicación total de la PCC llevaría a que los porcicultores no puedan abrir mercados internacionales de alta demanda, como el de Corea del Sur, aprovechando el Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado con ese país.
El negocio para los ilegales es redondo. Aprovechan la porosa frontera para cruzar, sobre todo cerdos en pie, por pasos no habilitados en camionetas y camiones pequeños. Cada uno de esos animales puede dar unos 80 kilos de carne, en promedio, y se comercializa a cerca de 3.000 pesos cada kilo, cuando los precios legales oscilan entre los 4.800 y los 5.000 pesos.
La vacunación no previene que el cerdo se infecte, solo lo ayuda a luchar contra ella, a no enfermarse o a que la enfermedad que contraiga sea menos grave. Tenga cuidado con las condiciones de almacenamiento de las vacunas. Los lechones reciben la primera vacunación entre los 55 y 60 días; las cerdas de reemplazo deben revacunarse a los 4-5 meses; todos los cerdos adultos serán revacunados cada seis meses y las madres se pueden vacunar a partir del día 90 de gestación o en la primera semana de lactancia.
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