DIEGO FERNANDO HIDALGO
LA PATRIA | MANIZALES
Innovación, calidad y sostenibilidad es lo que pueden obtener los agricultores si les dan un buen manejo técnico de los cultivos y, sobre todo, protegen las cosechas de manera integral desde la semilla.
El ingeniero agrónomo Octavio Cárdenas, responsable de Herbicidas y Tratamiento de semillas en Bayer para Colombia y los Países Andinos, explica que protegerla permite minimizar riesgos por ataques tempranos de plagas y enfermedades, mantener su vigor para obtener plantas sanas y con pleno potencial de rendimiento, y contribuir a la optimización del uso de suelos cultivables.
Según Bayer, que cumple 100 años innovando en el tratamiento de semillas, esta labor en Colombia se inició hace 22 años en maíz, algodón y sorgo. Reinelio Rojas, ingeniero agrónomo de esta compañía, vio llegar los primeros tratamientos profesionales al Valle del Cauca, departamento pionero en el uso de esta herramienta, que inicialmente fue percibida como cara.
Eso, aseguró, cambio rápidamente, pues utilizar semillas tratadas genera ahorros en la cantidad de la semilla que se utiliza para la siembra y ahorros en aplicaciones tempranas. "Por lo tanto, tiene efectos muy positivos en el rendimiento del cultivo".
Según la FAO, en el 2050 la producción de alimentos tendrá que incrementarse un 70% para responder a las demandas alimenticias de 9.000 millones de personas.
Se estima que hace mil años un agricultor plantaba una semilla y cosechaba dos. Hoy, siembra una y cosecha 50; en 30 años tendrá que cosechar 100 por cada semilla que siembre, para así suplir las necesidades de alimentos de la humanidad.
Herramientas como los tratamientos de semillas adquieren relevancia y en este aspecto Colombia es de los países con una importante frontera agrícola por desarrollar, que supera los 3 millones de hectáreas, según la Andi.
Según investigadores de Bayer, la semilla es un agente fundamental para obtener cultivos de calidad y plantas vigorosas. A esa conclusión llegaron, desde comienzos del siglo pasado, cuando desarrollaron el primer tratamiento profesional de semillas Uspulun™ (1914). Se trata de una herramienta necesaria contra las enfermedades ocasionadas por hongos en cereales, en ese entonces.
Latinoamérica tiene el reto de convertirse en el gran granero del mundo, según el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), pues “nuestro continente es el mejor preparado para ser el proveedor cada vez mayor de alimentos a la humanidad, porque disponemos del 36% del agua dulce del mundo y espacio para expandir la agricultura de manera sostenible”.
“Colombia debe esforzarse por utilizar los mejores insumos que le provean productividad, calidad y sostenibilidad. Así lo hacen los grandes mercados como Gran China, el tercer mercado mundial para SeedGrowth, donde los agricultores cada vez ven más la importancia de proteger las semillas de alta calidad”, aseguró Javier Chavarro, gerente de Marketing para Pacto Andino Country Group& Marketing Colombia.
La semilla tratada puede tener hasta un ciento por ciento menos de riesgo de ser atacada por plagas y enfermedades, desde la siembra hasta el estado de plántula.
El ingeniero agrónomo y asesor de cultivos de maíz Germán Jaramillo recuerda que alrededor de 1995, cuando se comenzó a sembrar este producto en el Valle del Cauca, no era necesario hacer un control de hongos.
Pero luego del Fenómeno de la Niña de ese entonces aparecieron por primera vez el hongo Cercospora y el insecto Dalbulusque, que produce el virus del achaparramiento del maíz. A partir de ahí fue necesario investigar, innovar y generar soluciones para controlar el problema, incluyendo productos de alta eficacia para tratar semillas.
“Donde hay maíz no hay hambre, porque donde hay maíz hay gallinas, hay vacas, hay caballos… pero sin un programa con respaldo desde lo más básico que es la semilla, las cosas pueden fallar por algo tan sencillo como no haberla protegido”.
Agregó que si el agricultor no se preocupa por estar en el punto alto de la tecnología, si no cuida sus cultivos, sus suelos, sus plantas desde que nacen, lo más seguro es que las cosechas no serán buenas. "Las buenas prácticas de cultivo incluyen la protección de semillas, el manejo de los hongos durante todo el periodo del cultivo y el manejo del cogollero, principal plaga del maíz. Sin estas prácticas, el agricultor no va a llegar a buen puerto”.
En arroz, el uso del tratamiento de semillas es una alternativa de gran utilidad en el manejo de plagas y enfermedades limitantes como el vaneamiento, que se presenta desde el 2009 en zonas arroceras como Tolima-Huila y Meta.
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