SEBASTIAN GIRALDO MEDINA
LA PATRIA | MANIZALES
Exguerrillero
El primero en hablar fue Leonardo Zuluaga, que contó la historia de su ingreso a las Farc y cómo salió de allí. Zuluaga vivió el conflicto en carne propia cuando tuvo que desplazarse de municipio en municipio en las zonas del Tolima y Huila. Huyó en varias ocasiones de las tomas de la guerrilla que lo llevaron a refugiarse en Gigante, un pueblo del departamento del Huila.
Allí hubo una redada del Ejército Nacional en la que los militares torturaron a los lugareños para obtener información sobre una de las brigadas de las Farc que había pasado por el pueblo. Los militares les clavaban agujas en los testículos y les daban culatazos a los hombres del municipio para que confesaran. A Zuluaga le fracturaron varios dedos de la mano derecha cuando lo golpearon con uno de los fusiles.
Reclutamiento
Un mes después decidió unirse a las Farc. Fue difícil convencer a los miembros de la organización guerrillera de que lo recibieran en sus filas. Cuando pidió ingresar al grupo armado no tenía más de catorce años. Como sabía leer lo aceptaron. Había cursado hasta segundo de primaria en el colegio.
"Los niños se perdían en la guerrilla porque la mayoría no sabía leer. Entonces, como intelectualmente no tenían nada qué aportarle a la brigada, tenían que destacarse en combate", recuerda.
Reintegración
El Ejército lo capturó. Como era menor de edad lo llevaron al ICBF. Allí tuvo un proceso de resocialización exitoso. Ahora es profesional, tiene esposa y una hija.
En el evento le pidió perdón a Oscar Tulio Lizcano de parte de una excombatiente que lo había custodiado mientras estaba secuestrado.
"Ella no es capaz de verlo hoy directamente a los ojos. Siente vergüenza y culpa. Pero me dijo que le diera este mensaje. Quiere pedirle perdón y decirle que lo admira mucho y que aprendió muchas cosas de usted mientras lo custodió en la selva", concluyó.
Exsecuestrado
Oscar Tulio Lizcano prefirió no resumir su historia harto conocida. Pero hizo una reflexión filosófica sobre el perdón y la guerra.
Don gratuito
Dijo que el perdón no lo da el estado sino las víctimas: "El perdón es un don gratuito que la víctima le otorga al victimario. No es el estado, no es la Corte Penal Internacional, no es la Jurisdicción especial para la paz. Perdonar es un acto individual".
Contacto Humano
También habló de las cosas que lo salvaron cuando dejó de ser un secuestrado. Dijo que no cualquiera puede recuperarse de una experiencia de ese tipo. Destacó los ejemplos de las víctimas en el holocausto nazi y las masacres en Ruanda.
"A mi me salvó el contacto humano. Son las demás personas las que hacen que uno ya no se sienta como un secuestrado. Cuando entré a este recinto y los saludé sentí algo que para mí ahora es muy valioso. Sé que ya no estoy aislado".
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