Cuando en la graduación de bachilleres del programa de educación de adultos de la Escuela Normal Superior de Aranzazu, se escuchó el nombre de Andrés Javier Botero Agudelo, el rostro de este joven se llenó de alegría.
Panelo, como lo llaman en el pueblo, con paso firme se dirigió hasta donde estaba el rector, Carlos Andrés Serna. El directivo le entregó el tan anhelado diploma. Regresó a su silla y se puso a mirar el cartón, a la vez que recordaba los momentos tan difíciles en su vida, que lo llevaron a caer en las drogas.
"Era el año 2016 en el que se vivía con mucha locura", expresa Andrés Javier. Reconoce que el consumo de drogas lo dominaba. Un día cualquiera de agosto, en medio de sus delirios, decidió irse de Aranzazu.
A los pocos días sus verdaderos amigos, entre ellos Juan Camilo Gómez, lo empezaron a echar de menos y emprendieron la búsqueda. Primero en el municipio y luego en localidades cercanas como Filadelfia y Neira, donde decían haberlo visto.
Al tener resultados negativos, decidieron buscarlo en Manizales en sectores de la Galería, la 23 y luego en Villamaría donde se perdió el rastro.
Rescate
Siete meses después llegó la noticia a Aranzazu que lo habían visto en la Felisa, sobre la vía que comunica a Manizales con Medellín. Hasta allí se desplazaron unidades del Cuerpo de bomberos de Aranzazu y efectivamente lo encontraron.
Recuerdan que estaba en condiciones de habitante de calle, sucio, barbado, con aliento a solución que era una de las sustancias que lo estaba envenenando durante todo ese tiempo.
Una vez de nuevo en su hogar, se inició un proceso de tratamiento contra su adicción y las secuelas dejadas por las sustancias.
Para ello, fue recluido en la clínica San Juan de Dios de Manizales y meses más tarde devuelto a su casa en Aranzazu para continuar el tratamiento.
Fue así como volvió a recorrer las calles y a recibir saludos de cariño de tanto paisano que lo extrañó en su ausencia, pero ante todo con el temor latente de que volviera a caer en el consumo.
Trabajo
Al verlo pasar por el frente de su negocio, Andrés Aguirre, propietario de un expendio de carnes, tuvo la idea de llamarlo a trabajar. Fue así como primero le adjudicó labores menores y luego la de ser domicilio, con la responsabilidad de llevar carnes hasta los hogares de sus clientes y regresar con el dinero.
Hace dos años animado por su patrón, decidió entrar al programa de Educación de Adultos de la Normal. Recibía clases los sábados, fue aprobando los ciclos correspondientes y este año recibió el título de bachiller.
En el mismo acto de graduación le entregaron el botón de exaltación en pensamiento ambiental, por su trabajo de reciclaje en el mismo colegio.
Entre los proyectos de Andrés Javier, de 30 años, está recibir el sacramento de la Confirmación, pues se considera muy católico y manifiesta que Dios tuvo que ver mucho en su recuperación.
En frases
Andrés Javier dice lo siguiente:
- "Querer es poder para salir de la droga".
- "La vida en las drogas no lleva a nada" .
- "La vida de los drogadictos puede cambiar cuando se lo propongan".
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015