César Valencia Trejos
LA PATRIA|Manizales
En los registros históricos de Riosucio se puede cerciorar que se realizaban ferias de la ciencia, juegos florales, concursos de literatura, conciertos de música y exposiciones artísticas. Existieron bibliotecas públicas y privadas e inclusive había servicios en donde se alquilaban libros. Los atrios de las iglesias, colegios y escuelas también eran escenario de estas actividades.
El inicio de los encuentros de la Palabra se avivó en los viernes culturales, promovidos por el mensuario El Riosuceño; simultáneamente se publicaron hojas volantes y periódicos murales que se leían con avidez y vehemencia.
Para 1983 se concibió la realización de un Encuentro de la Palabra, relevante en la provincia con una abundante nómina de mujeres y hombres, quienes doblados de intelectuales también protagonizan el gran Carnaval, con su portentoso y simbólico Diablo; igual que los libros editados por los riosuceños, que tienen gran acento en la microhistoria local: examinan la mestiza identidad cultural.
Un horizonte o idea para el Primer Encuentro fue invitar a los escritores de los municipios del Occidente de Caldas y de Aguadas y algunos riosuceños, con el fin de iniciar un movimiento para fundar un periódico regional y dialogar acerca de las identidades regionales y locales.
Los coloquios han sido una manifestación y esfuerzo de numerosas personas, quienes han actuado como patrocinadoras, animadoras y organizadoras de esta singular cita que inició una época con postulados y tesis que se habían producido hacia la década del 50, pero que por diferentes razones no se habían puesto en circulación: las historias locales y regionales como afluentes de la cultura nacional.
Papel precursor
(…) Una iniciativa presentada en el Encuentro de la Palabra es el Centro de Investigaciones Históricas de Centro Occidente de Colombia, que se inició el 1 de mayo de 1985. Igualmente, se propuso crear el Centro de Estudios Folclóricos de Caldas, para afrontar y examinar los procesos culturales, el cual nació en 1987.
Desde su nacimiento, el Encuentro se propuso alinearse dentro de los postulados de la cultura como representación del medioambiente, de los hábitos, costumbres y pensamientos de una sociedad que constituye posibilidad de cambio de mentalidad y equidad social.
Este proyecto, como lo demuestran sus primeras 35 versiones, con cinco centenares de invitados, no solo se ha nutrido de lo local, sino de las experiencias y conocimientos de la región en la que está inscrito y de otras regiones, que también poseen su diversidad cultural y memoria histórica e inclusive de aportes de invitados internacionales.
Como se ha pregonado es una demostración humanística de fidelidad al país, las expresiones culturales en la población van desde la música, narrativa, danza, tradición oral, poesía, prensa, teatro, artes plásticas, las artesanías y la gastronomía. La importancia de este evento radica en que la comunidad es protagonista y testigo de su propio destino y memoria histórica.
La posibilidad de manifestar sus hallazgos y realizaciones frente a propios y extraños, orientados fundamentalmente a la niñez y a la adolescencia, han permitido intercambiar, analizar y proponer experiencias, destrezas y conocimientos (…).
Otro gran afán es: “...volver la mirada hacia el pasado no para apreciarlo con sentido estático, sino para señalar caminos hacia el porvenir. Es en consecuencia el papel de la microhistoria y la investigación regional, parte esencial para establecer el destino de la historia nacional...”
El Encuentro ha señalado demasiados alcances, entre ellos la Generación de las Identidades, como un cambio de posición frente a la forma de mirar los problemas de Caldas y de comentarlos, sin entrar en confrontación con otros estilos, generaciones o formas de pensar.
Encuentro y Carnaval
Otro hecho de singular importancia ha sido la contribución al Carnaval; una pléyade de intelectuales del país ha leído sus estudios, ensayos e investigaciones que ayudan a aclarar más el origen e importancia nacional de la carnestolenda que identifica a la localidad como su máxima expresión mestiza.
Se ha estimulado la publicación de folletos, proyección de obras de teatro y documentales, a la vez que se ha tenido la inquietud de promover talleres dirigidos a los niños e inclusive a diseñadores de disfraces. Todo este trabajo en fortalecimiento del Carnaval, se ha realizado con el fin de ampliar la visión artística y folclórica de la magna fiesta.
Algunas opiniones
El escritor ya fallecido Rafael Humberto Moreno-Durán, asistente en dos oportunidades al Encuentro, en uno de sus escritos afirmó:
“Pocas veces la provincia se arroga los más altos privilegios de la capital. Tradicionalmente ignorada, asediada por ancestrales urgencias, la provincia suele apoyar sus expectativas en lejanas y no siempre satisfactorias decisiones centralistas. De ahí que sorprenda cómo, de espaldas a la abulia metropolitana, la provincia asuma un programa y lo lleve a feliz término en cumplimiento de una gestión autónoma que debería ser más frecuente y aleccionadora...”.
Por su parte, el escritor antioqueño Álvaro Pineda Botero afirmó: “(...) El Departamento de Caldas en general, y particularmente la ciudad de Riosucio, han sido abanderados de la causa regional. El cultivo de los valores comarcanos, la exaltación de los hombres de valía y de sus eventos colectivos, han sido objetivos importantes de sus dirigentes”.
Este gigantesco esfuerzo enderezado al rescate y exaltación de la provincia, se le debe a una generación de riosuceños que siempre han trabajado en los encuentros y que hoy con emprendimiento e innovadoras inciativas siguen tejiendo, apoyados en las nuevas tecnologías digitales, postulados para la libertad, la democracia, la paz y la defensa de la diversidad, de lo multicultural y mestizo de las identidades.
Todas las citas concertadas han tenido consecuencias positivas. Una ha sido despertar a los pueblos caldenses para que recuperemos nuestro origen, vayamos estableciendo el pasado histórico y mirar la realidad sin perder la perspectiva con proyecciones hacia el futuro. Hemos despertado desconocidas fuerzas intelectuales y valores regionales que, en un futuro no lejano, van a contarnos de sus hallazgos y sus búsquedas. Esa es la esperanza de este propósito y de verdad que se ha logrado.
Acciones
Con los encuentros de la Palabra en Riosucio se ha contribuido a nuevas acciones que se hacen visibles en la provincia, enumeremos algunas:
* Se han producido estudios -a nivel departamental, provincial y municipal y veredal- que antes no se mencionaban y se menospreciaban.
* Estos aportes están sobresaliendo por la riqueza de los documentos que aparecen; por la comprobación y, a veces, confrontación con investigaciones anteriores; y, lo más esencial, por la interpretación, atendiendo rigores científicos, que comenzaron a explorar con metodologías de nuestra realidad.
* Estos estímulos han provocado una serie de investigaciones y de libros acerca de temas de las provincias o sus pueblos, algunos concluidos y, otros, en proceso de estudio.
* Se ha establecido, igualmente, la urgencia de constituir centros de estudios históricos y culturales, en general, sin límites en las materias que afrontarán, que esperamos aparezcan y se fortalezcan.
Este resumen es apenas un asomo histórico, puesto que hace falta un examen o un estudio del alcance y consecuencia de lo propuesto por quienes han intervenido con sus ponencias y creaciones.
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