MIGUEL ALGUERO Y FREDDY ARANGO
LA PATRIA | SUPÍA
La panela sabe a trabajo y unión familiar. Este es el lema de la familia Ospina Tapasco, en Supía (Caldas), quienes heredaron de sus abuelos la tradición de producir este producto dulce representativo de este municipio.
Cristóbal Ospina Valencia es el padre de este hogar y el responsable del trapiche, donde se muele la caña, se hierve el jugo, se espesa la miel, se moldea y empaca la panela para comercializar. “Esta empresa está constituida por mi núcleo familiar. Unas veces hay 6 personas, otras cinco, pero menos de esas no se puede para la producción de panela”, comenta Cristóbal, mientras tantea la temperatura de las calderas.
Proyecto
En el acompañamiento a las familias paneleras está Carlos Andrés Mahecha Benítez, técnico de la FAO en Supía. “Tenemos un proyecto de mejoramiento de 100 hectáreas de cultivo de caña y modernizar tres trapiches para certificarlos”.
Con esta iniciativa se pretende renovar los cultivos de caña que, según Mahecha Benítez, tienen cepas de hasta 90 años y se deben renovar como mínimo cada ocho años. “La productividad está en 45 toneladas de caña por hectárea, la meta con la renovación y entrega de fertilizantes es aumentarla a 80 toneladas”.
Cristóbal junto con su esposa, hijos, vecinos y otros familiares se esfuerzan por mantener la empresa, que por la pandemia diversificaron la presentación de la panela, no solo producen panela pulverizada, también fabrican unidades de 125 y 1.000 gramos.
Cristóbal Ospina comenta que el primer paso es cortar la caña, esto se hace cuando apenas levanta la planta y han pasado 13 meses de la siembra. Se recoge para moler en el trapiche.
“Nuestro horno es pequeño y artesanal. Nos toca hacer la panela así: en una caldera se cocina el guarapo, se limpia y se pasa de adelante hacia atrás. Las calderas de adelante son donde se produce la miel de la panela. Para melar tenemos dos calderas punteras, la tercera y cuarta son guaraperas y la quinta es cochera”, explica Cristóbal.
La pandemia afectó las ventas de los productores paneleros. En el mercado se comercializa pulverizada, redonda y pequeña.
Al igual que la familia Ospina Tapasco, alrededor de 100 familias supieñas se benefician de la producción panelera.
Un atado de panela, que es un kilogramo, oscilaba entre $1.800 y $2 mil. Esto dejaba pérdidas porque el costo de producción por kilogramo es de $1.900 pesos. Por la certificación de los trapiches y exportación de panela orgánica los precios subieron a $3 mil por kilogramo.
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