Darío Augusto Cardona S
LA PATRIA Manizales
Estar al lado de la madre es más que un acto de amor en la comunidad Emberá Chamí. De las mayoras se aprende la tradición artesanal de hacer collares, pecheras, pendientes y manillas. Hoy los jóvenes también lo hacen en las jornadas alternas de sus colegios donde los resguardos le apuestan al resurgimiento de su cultura.
Cualquiera de los elementos que elaboran tienen un significado con su entorno o con los colores, por ejemplo, las montañas van en color negro y verde, el amarillo tiene que ver con la riqueza, el oro; el rojo representa la sangre del pueblo. Las figuras ovaladas representan el agua y los círculos el mundo, como también hay animales.
Los collares grandes y redondos solo lo llevan las mujeres casadas y se diferencia de la pechera del hombre que es larga.
Fotos | Darío Augusto Cardona | LA PATRIA
El collar de la mujer es redondo y grande y solo lo usan las mujeres casadas.
Doña Marleny Florez teje y enseña a sus hijas y nietas el arte de las chaquiras en un resguardo de Anserma (Caldas).
Yesica Bañol teje en el sector del guayabo en San Jerónimo en el resguardo ancestral de San Lorenzo, de Riosucio.
Hilos y chaquiras son los insumos que se emplean para la elaboración de collares y pecheras que usan y venden en los resguardos indígenas.
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