LA PATRIA | Manizales
Habitantes de un asentamiento en Filadelfia se salvaron por ahora de que los sacaran de los ranchos, porque el demandante no llevó gente ni camiones para retirar los corotos. Los afectados aseguran que son indígenas, pero no son reconocidos como tales.
El lanzamiento se lo iban a hacer a 100 personas que viven desde hace 17 años en el asentamiento El Palmar de la vereda El Carretero, a 10 minutos del casco urbano del pueblo.
El secretario de Gobierno de Filadelfia, Jaime Gaviria, indicó que los pobladores le adeudan dineros al dueño del terreno, y que era la parte demandante la que debía garantizar la sacada de las cosas y el transporte hasta una bodega.
Los afectados dicen que aunque el operativo lo suspendieron, los uniformados alcanzaron a tumbar el kiosco que tenían armado para realizar reuniones con la comunidad. También parte de una de las viviendas.
Llevan 17 años
Los pobladores aseguran que desde hace 17 años llegaron a ese asentamiento y que lo hicieron porque huían de la violencia que azotaba a Marsella (Risaralda). Explicaron que con unos pesos que tenían negociaron con un particular la compra de una hectárea en 23 millones de pesos. Pagaron 17 millones e hicieron un acuerdo para pagar el resto.
Sin embargo, en todo ese tiempo no le han cancelado la deuda que ahora asciende a $12 millones, incluyendo gastos en los procesos judiciales e intereses de mora. Por esta razón, el vendedor quiere desalojarlos.
El asentamiento El Palmar está rodeado de cultivos de café, plátano y otros productos agrícolas. Los 100 pobladores conforman 17 familias y la mayoría de hombres adultos trabaja como agricultores en fincas vecinas.
Henry Flórez, integrante de ese asentamiento, aseguró que no tienen plata para pagar la deuda y que viven en precarias condiciones. No tienen acueducto y unos habitan casas prestadas, en las que 14 ó 15 personas duermen en un solo cuarto. Otros lo hacen en cambuches armados con guaduas y plásticos que se inundan cuando llueve.
Los rasgos
Los habitantes de El Palmar aseguran que son una comunidad de la etnia indígena Emberá Chamí. Varios de ellos hablan el dialecto Emberá Bedea, y las mujeres lucen atuendos y accesorios típicos.
Las autoridades gubernamentales y organizaciones de Derechos Humanos no los reconocen como etnia. Incluso en la minga de octubre pasado, el exdiputado Araugo Gañán, del Comité Regional Indígena de Caldas (Cridec) pidió a estas entidades que les den el reconocimiento. Incluso ya hacen trámites ante el Cridec para ser reconocidos.
El secretario de Gobierno de Filadelfia manifestó: "Aunque hay algunos que tienen rasgos indígenas, para nosotros no lo son. Incluso muchos han formalizado relaciones y han tenido familia con gente de la región.
Según Gaviria, por el momento les toca esperar a ver cómo procede el juzgado para restituir ese predio al vendedor. Podría emitirse otra orden de desalojo, pero con la condición de que el demandante cumpla con las garantías logísticas.
Se conoció que Araugo Gañán y otros líderes trabajan para conseguir recursos que les permita a los de El Palmar saldar la deuda y seguir poblando esa zona.
La angustia
Luz Enit Guasarabe
Es muy horrible esta situación, no tenemos para donde pegar.
José Javier Guasarabe
Estamos luchando para que no nos quiten el predio.
Henry Flórez
Luchamos para que nos reconozcan como comunidad y para que nos den tierras.
Rosamelia Regama
No nos traten como delincuentes, no tenemos con que pagar. Pedimos tierras.
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