Reportan más profes en zonas de difícil acceso en Caldas

LA PATRIA | Manizales

En Caldas, por su topografía, es normal que haya profesores que utilicen uno o más transportes para llegar a la escuela. Hay otros que sufren porque las rutas de carros solo cubren una frecuencia, ida o vuelta. Y en varias zonas ni siquiera hay carretera. Los casos reportados para el 2015 llegaron a casi 550. Para el 2016 serán 606.

En ese sentido la Secretaría de Educación departamental creó un comité técnico asesor para establecer, como cada año, las zonas rurales de difícil acceso. Participan directivos docentes, profesores, sindicato.

En 24 municipios registraron educadores en esta condición. "Ellos tienen derecho a una bonificación equivalente al 15% del salario básico mensual". Aclara que no constituye factor salarial ni prestacional para ningún efecto y se pagará cada mes.

Alexander Gómez, secretario General de Educal, señala que el número de estos profesores aumentó sobre todo porque al final lograron demostrar que es complicado su desplazamiento a los lugares de trabajo.

Hasta La Esperanza

Diego Salgado

LAPATRIA | Aranzazu

Luz Aleida Rivera Castañeda es una docente consagrada a su profesión. Lleva cerca de 20 años en el oficio, los últimos cuatro en la sede de la vereda La Esperanza, en el occidente de Aranzazu, límites con La Merced.

Su día comienza a las 4:30 de la mañana cuando se levanta para alistarse e ir al su trabajo. Sale de su casa a las 5:30, mientras sus dos hijos todavía duermen. Ambos quedan bajo el cuidado de la abuela.

Su afán es llegar rápido al Parque de Bolívar para asegurar puesto en un campero, que sale a las 6:00 con rumbo a La Esperanza y otras veredas como El Yarumo y El Limón, en La Merced.

El recorrido inicial, cerca de ocho kilómetros, son por carretera pavimentada. Luego el carro se desvía y toma la destapada, que en verano es transitable. En invierno el viaje es una tortura por los baches y derrumbes.

El año pasado, por ejemplo, hubo un deslizamiento que mantuvo incomunicada la zona y los viajeros debían hacer casi todo el recorrido a pie, unas dos horas.

El vehículo la deja en la parte alta de la vereda por la carretera central. Allí ella comienza a caminar por un sendero empinado, bajo el riesgo por caída de piedra.

Por fin, cuando llega a la escuela cuenta con el tiempo justo para descansar un poco y emprender su labor como docente, impartiendo educación a 31 alumnos que ella considera su razón de ser.

A las 2:00 de la tarde finaliza su jornada. Antes de salir se asegura de que la escuela quede aseada y que todos los niños emprendan el retorno a casa.

Ella comienza su regreso a la cabecera municipal de Aranzazu.

LA FRASE

Luz Aleida Rivera

“El reconocimiento de este auxilio a los docentes que laboramos en zonas de difícil acceso es muy justo, pues es mucho el dinero que debemos invertir en el desplazamiento hacia y desde nuestros sitios de trabajo”.

Por carreteras pavimentadas y destapadas, además por viejos caminos, viaja Luz Aleida Rivera para llegar a la escuela de la vereda la Esperanza.