
Redacción/Q'HUBO
Además de sus minas de oro, sus calles estrechas, la carga a lomo de mula y todo eso que lo hacen parecer a un pesebre, Marmato (Caldas) también es el pueblo más embrujado del departamento. Al menos así lo creen sus habitantes y así se ve en un monumento que hay en pleno Parque Principal de la población.
Los marmateños aseguran que fueron los negros esclavos, que llegaron para trabajar en las minas, los que entre sus rituales y misterios también trajeron a las brujas. Esas de las que cuentan que las han escuchado a carcajadas por los caminos rurales y contra las que muchas mujeres han tenido que luchar para que les dejen en paz a sus maridos.
En la vereda Echandía, a 20 minutos de la población, relatan que esa zona fue el aquelarre, o sitio de reunión y encuentro de las brujas. Dicen que desde allí bajaban hasta la vereda El Llano haciendo sus rituales y asustando a la gente. María Ortíz asegura que los más viejitos de esa zona contaban que la bruja mayor les decía a los marmateños "Yo no creo en Dios ni en María santísima".
Los campesinos de Echandía aún creen en las brujas. Por eso cada noche no se van a la cama sin antes atravesar machetes filudos, colocar puntillas detrás de las puertas y regar sal en las entradas. Según ellos para espantarlas e impedir que lleguen a perturbar sus hogares. Cuando sienten la presencia de las brujas, les tiran tierra, piedras y agua bendita. Otros, en cambio, se encierran a orar para pedir que estos seres se alejen de esa zona.
"A mi esposo lo persiguió mucho tiempo un espíritu. No lo dejaba dormir y sentíamos pasos. Tiraba cosas al suelo se le montaba en el pecho a tratar de ahogarlo y le arañaba la espalda. Tuvimos que hacer uno rezos y la ahuyentamos. Creo que fue una bruja que se enamoró de él y le hizo un trabajo de magia negra", cuenta doña Marina Castro, una habitante de Echandía.
Calzoncillos al revés
Leonardo Ortíz es un profesor marmateño que asegura que en el pueblo ya pocos creen en estos seres. Sin embargo, él cuenta que hace unos años tuvo una experiencia extraña. Una que lo pone a dudar sobre la existencia de las brujas.
"Tenía una novia en Medellín y cada que tenía vacaciones iba visitarla. Un día llegué de esa ciudad y empecé a caminar hacia mi casa en Marmato, hasta que me topé con un punto dónde no había más camino. Me devolví porque pensé que estaba perdido, aunque ese siempre era el camino. Tuve que llegar por la parte más larga. Una viejita que hace mucho murió me dijo que eso era que una bruja se había enamorado de mí; que tenía que usar los calzoncillos al revés para que me dejará en paz".
Embrujados
Las brujas ya hacen parte de la vida cotidiana de Marmato, en la entrada al pueblo pintaron un mural con varias escenas, donde las muestran cocinando en un caldero y posteriormente asustando a la gente. En el parque El Minero, en la parte alta del pueblo, hay un monumento en bronce de una bruja. Aseguran que esta vigila el cerro El Burro y se encarga de espantar a los malintencionados que se quieren robar las riquezas que Marmato tiene en las minas.
Como si fuera poco, cuentan que la quebrada Cascabel está embrujada y que a todos los foráneos que llegan les dan a beber agua de esa vertiente la cual hace que estos vuelvan y hasta se casen con las muchachas del pueblo. "Conozco a un señor que vino a trabajar acá por una corta temporada, se fue y volvió como a los seis meses, incluso se casó con una mujer que tiene varios hijos de diferente padre", relató un habitante de Marmato.
Algunos textos históricos hablan que la brujería existió hace miles de años, antes de que naciera el cristianismo. Que se trataba de seres que trataban de regular las fuerzas de los poderes que consideraban que tenía la naturaleza. Con el paso del tiempo estas practicas han ido desapareciendo, aunque en Marmato siguen creyendo en el adagio popular "Brujas de que las hay, las hay".
Verso
En Marmato, sus habitantes, también tienen literatura dedicada a las brujas. A los hombres que la mujer les ha sido infiel, los aconsejan con este verso.
"Si su mujer se le fue con el tendero de la esquina,
cójale la golondrina, arránquele el corazón
y déjelo en agua y limón
y al retrato de la infiel,
me le clava un alfiler en la mitad de la frente
y vera que de repente
Ese hombre vuelve a rogarte perdón".
Dato
Dicen que el pueblo está tan embrujado, que parece estancado en la época de la colonización antioqueña.

Las niñas de Marmato también escogen el traje de brujas para sus fiestas de halloween.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015