Padre Otty, polifacético y entregado a la comunidad

El sacerdote manzanareño Padre Otty Ossa Aristizábal,  falleció en mayo después de servir por 30 años en el Santuario de Betania (Venezuela) y fue escritor en el suplemento literario dominical de LA PATRIA, durante la dirección de José Restrepo Restrepo.

El religiosa se cayó y sufrió varias fracturas. A partir de allí tuvo complicaciones de salud que lo llevaron a guardar, pero sufrió un accidente cerebrovascular del que no se recuperó. Las hermanas en la casa hogar en donde se quedó lo atendieron hasta el día de su muerte.

Toda la comunidad religiosa, y los devotos de Teques aseguraron a través de los medios de comunicación del país vecino que el padre fue un hombre muy carismático y jovial, quien con un gran don de gente y personalidad única logró captar la atención de muchos, ganándose el cariño de otros tantos.

“Él era el puente entre la Curia y las personas, cualquier intercambio era su responsabilidad; por eso era tan afectuoso con todos”, confesó monseñor y obispo de Los Teques, Freddy Fuenmayor, quien describió al sacerdote Otty como un ser muy ocurrente y entregado a su trabajo pastoral. “Fue capellán de Betania y luego rector, al erigirse el espacio como santuario. Otty Ossa tenía una resistencia física muy fuerte”.

Nació el 2 de agosto de 1932. Se graduó de sociólogo y economista en la Universidad Nacional de Bogotá. Entró al Seminario de los Padres Sulpicianos de Manizales a los 25 años, donde estudió Filosofía y Teología. En 1967 viajó a Venezuela y estuvo con los padres Benedictinos en la Abadía de San José del Ávila durante tres años.

Se ordenó a los 37 en el Seminario Santa Rosa de Lima, en Sabana del Blanco. Escribió al menos 25 libros, uno de estos versaba sobre la juventud y la droga, un texto que le valió un premio de la Editorial Trípode. No era un padre de sacristía, pues siempre se abocó a las comunidades y en el proceso demostró ser muy polifacético.