Óscar Veiman Mejía
LA PATRIA I Manizales
Estos 18,8 kilómetros de recorrido en transporte público, media hora entre Neira y Manizales, son un asomo de regreso a la normalidad. Pero esperanzadores, al fin y al cabo. Beatriz Bustamante levantó la mirada, una y muchas veces, para ver al frente una terminal de transporte transformada en un paso a paso de precauciones. “Antes era solo pagar el tiquete”, recuerda.
A las 5: 45 de la mañana de ayer hacía fila por un cupo en la buseta, conducida por Jairo Ocampo, para llegar a su trabajo como profesora de primera infancia en un jardín del ICBF. Ella, Guillermo Rojas, Luis Díaz, Cristian Montes, Daniela Arias, Erika Ospina, Belisario Ruiz y otros cuatro comenzaron su itinerario a las 6:36.
El colectivo prendió motores para convertirse en el segundo en cubrir la ruta Neira-Manizales, luego de casi tres meses de parálisis ante el aislamiento obligatorio, ordenado por el Gobierno nacional ante el coronavirus. “No pensé que duraría tanto”, lamenta el conductor.
Beatriz y otros viajeros siguieron un conjunto de reglas, orientadas en la primera parte por Dayron Marulanda, funcionario de la Secretaría de Hacienda municipal que por estos días apoya bioseguridad en la terminal:
1. Hicieron fila con 1,50 metros de distancia y un separador amarillo pintado en el piso.
2. Apretaron un pedal con el pie derecho para que saliera jabón por una llave.
3. Apretaron otro pedal, con el pie izquierdo, por agua de otra llave.
4. Enjuagaron las manos.
5. Volvieron a la fila.
Caldas tiene 4.955 kilómetros de carreteras, entre nacionales, intermunicipales y veredales. Dos tramos entre municipios ya reabrieron, de ida y vuelta, Chinchiná-Manizales (22,2 km.) y Neira-Manizales (18,8 km.). Volvamos a los protocolos de la Terminal de Neira:
6. Los pasajeros salieron de la fila y pasaron a una casilla.
7. Les pidieron nombre, cédula, celular, dirección de residencia.
8. Respondieron preguntas: ¿Ha estado cerca de alguien que tuvo covid?, ¿fiebre alta?, ¿tos?, ¡malestar?. Beatriz: No, no, no.
9. Les tomaron la temperatura. Beatriz: 36 grados.
En cuatro minutos la buseta, afiliada a Constransnorcaldas, alcanzó Cielito Lindo, parador turístico desde donde se divisan Manizales y el Nevado del Ruiz. Por esta ruta cada día en promedio, sin obstáculos como una pandemia, transitan mil 257 vehículos, según la Gobernación de Caldas.
El transporte Neira-Manizales retoma con medidas de bioseguridad.
Costos
El conductor y don Hernán, sentado en primera fila al lado de la ventanilla, intercambiaron conceptos sobre el regreso del transporte. “Tres meses sin trabajo y pagando arriendo y comida”, dijo el primero. Un gesto de afirmación del segundo, para seguir rumbo al peaje de La Estrella.
Beatriz rompe el silencio de los viajeros, ubicados perfectamente en una silla que comparten con otra. En esta, en una cinta de fondo amarillo y en letra roja se lee: Precaución. “Tranquilo, Jairo, con 10 viajes al día se acostumbrará de nuevo”.
El nuevo comentario del conductor y el compañero de cabina: “Ve, no han abierto el peaje”, dijo el señor. “Mejor”, celebró el conductor. En este peaje la Unidad de Rentas del Departamento recaudó tres mil 881 millones de pesos en el 2019.
Por el lugar, la buseta pasa a 24 kilómetros por hora, en una vía donde la velocidad baja ante tanta curva hasta 13, 12 y 11. Como el virus le pega a todo, en este año la proyección con el peaje disminuirá. Liseth Isaza Vallejo, jefe de Gestión de Ingresos de la Gobernación, explica: “Este año teníamos proyectados cuatro mil 114 millones, pero por covid asumimos una reducción del 20%. El cierre será de tres mil 291 millones. Los recursos son invertidos en infraestructura vial de Caldas”.
Muros
El trayecto, también con la prohibición de recoger pasajeros en carretera, continúa entre resaltos, grietas y huecos. Jairo lleva 15 años cubriendo la ruta en colectivos. “Me la sé de memoria”. Lo dice, a la vez que se siente emocionado por coger de nuevo carretera. “Ha mejorado mucho, aún hay partes con huecos, en invierno hay derrumbes”.
El peaje ayuda a financiar reparaciones del corredor vial, al que le hacen mantenimiento con una cuadrilla de cinco hombres. La inversión, el año pasado, en este trayecto fue por 630 millones.
Los costos también van directo al bolsillo de usuarios. Beatriz, en tiempos corrientes, paga diario 4 mil 200 en pasaje, es decir 8 mil 400 por ida y retorno. “Ahora subió a seis mil. Por fortuna solo tengo que ir al trabajo dos veces al mes. Igual tocó comprar moto”.
Las cosas para quien maneja el automotor han estado color de hormiga. Jairo comenta: “Este carro es para 19 pasajeros, ahora solo puede llevar 10. Sin empleo, pagando arriendo y comida. La empresa y el Municipio nos han colaborado con mercado”.
La buseta llega a la glorieta que comunica con la avenida Kevin Ángel Mejía y asciende hasta Fundadores. Allí se bajan los 10 pasajeros, 10 gracias y 10 con gusto, para cerrar el esperado regreso del transporte público.
El conductor debe llegar a la terminal de Los Cámbulos. En la bajada por la Fuente, vía a Villamaría, recibe una llamada. Es su hijo Juan Camilo, conductor de otra buseta. Se alista para el tercer viaje del día desde Neira. “Me dijo que esperaba otros dos pasajeros para completar los 10 y arrancar. “Yo debo esperar 10 acá en Manizales para volver a Neira”.
“Nos tendremos que acostumbrar a vivir así”, concluye Jairo, mientras llega a la terminal tras media hora de viaje. Jairo y su hijo, como los conductores de Neira y Chinchiná, transportan la ilusión de volver a las cosas como antes.
En la terminal de Neira con lavados de manos y otras protecciones.
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