
Jorge Iván Castaño
LA PATRIA | Neira
Las campanas de la iglesia de Neira repicaron el pasado miércoles de manera permanente, pero el toque al que los neiranos estaban acostumbrados a escuchar era diferente, ya no era María Virgelina la que envolvía en sus manos los rejos para hacerlas sonar desde lo más alto del templo.
En esta oportunidad el sonido era para recibir a María, la mujer que estuvo al servicio de la iglesia por cerca de 40 años, y que falleció el pasado martes a causa de una enfermedad.
María Virgelina era querida en el municipio, su vida la dedicó a tocar las campanas, barrer el templo, arreglar lamparas y recibir difuntos. Asimismo, atendía a los sacerdotes, visitaba enfermos y compartía con los ancianos del asilo.
Se caracterizó por ser alegre, dinámica, participaba en actividades culturales y el poco dinero que ganaba lo disponía para viajar y conocer.
La campanera tenía 10 hijos y aunque no nació en Neira, tuvo un acompañamiento masivo mientras era trasladada al cementerio de la localidad.
Fue abandonada
María Virgelina, la Campanera de Neira, cuando nació fue abandonada por su madre en una caja de cartón y dejada en la puerta del Club Social que existía en esa época. Ahí fue recogida por doña María, quien se convirtió en su madre de crianza.
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