Corresponsales | LA PATRIA*
Como es tradicional cada 3 de mayo, Día de la Santa Cruz, en varios municipios de Caldas se peregrina a los cerros cercanos en los que se erigen monumentos de quienes tienen fe en este símbolo del cristianismo.
En Pensilvania, el cerro de La Cruz domina la montaña que está sobre el casco urbano. Allí van muchos feligreses, de todas la edades el 3 de mayo encorando el rezo de Mil Jesuses.
La gran mayoría de los feligreses carga en la peregrinación una cruz de madera para pedir sus favores personales con fe y esperanza. En lo más alto de montaña se encuentra la gran cruz que se instaló allí hace unos 40 años, como símbolo de protección del pueblo que se halla a sus pies.
El ascenso y posterior celebración eucarística la acompañaron los sacerdotes de la Parroquia Nuestra Señora de Los Dolores. El padre Néstor Iván López Marulanda fue el encargado de la misa y en su predicación envió un mensaje de reconciliación, de sacrificio, tolerancia, fe y sana convivencia de las familias teniendo como referencia el sacrificio de Jesús en la Santa Cruz.
Peregrinaron a La Iguana
También de Pensilvania, pero en el corregimiento de Pueblo Nuevo, partió una peregrinación al cerro de La Iguana, en jurisdicción del municipio de Nariño (Antioquia), donde se erige también un monumento a La Cruz, que domina el paisaje de la Cordillera Central en esa región desde hace 85 años.
Centenares de fieles de Antioquia y Caldas principalmente partieron desde la madrugada, cientos de caminantes ascienden al cerro de La Cruz de la Iguana, procedentes de distintos y para pagar promesas, para rezar o simplemente para ser parte de esta caminata colectiva.
El proceso de edificación del monumento se inició en el municipio de Nariño (Antioquia) en 1937 y culminó en 1967. La iniciativa fue del sacerdote Antonio Díaz, párroco en aquellos tiempos.
Según relatos que se conservan del mismo padre Díaz, las pesadas piezas de la estructura de la cruz fueron trasladadas desde Medellín hasta el Túnel, en la carretera Nariño-Puentelinda. De allí en adelante, fueron llevadas a hombros de aguerridos campesinos, por caminos de herradura y trochas hasta la cima del cerro. Desde entonces se yergue el monumento, visible a varios kilómetros por las hondonadas de Antioquia y Caldas.
En las eucaristías celebradas tanto en el cerro como en la carretera, punto de partida de la peregrinación, participaron párrocos de las diferentes iglesias de la región, incluyendo al sacerdote Javier Toro Osorio, que fundó varias parroquias, y quien destacó que al lugar se peregrina en muchas fechas.
Desde el inició de la pandemia no se había podido realizar la multitudinaria concentración de fieles.
En Supía
Supía también tiene un cerro al que peregrinan los fieles de la Santa Cruz, que se cuentan por centenares en este municipio. Incluso las dos parroquias organizaron sus peregrinaciones a los cerros Tacón y La Pava, en donde se levantan monumentos a la Cruz.
Los feligreses católicos de la Parroquia de San Lorenzo peregrinaron el lunes al cerro de Tacón y los de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen lo hicieron al cerro de La Pava.
La primera peregrinación de la que se tiene registro en el municipio se realizó en 1819, cuando se presentó un derrumbe en el cerro. Desde entonces existen leyendas que las comunidades buscan conocer de cerca. Ambas peregrinaciones estuvieron muy concurridas.
* Textos de Rubén Darío López, Óscar Gómez Salazar y Jorge Eliécer Zapata.
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