Luis Alirio, el tío de todos

LA PATRIA | Manizales

La historia de amor entre Luis Alirio Ballesteros y Dora Inés López comenzó a escribirse en las aulas de clase. Ella ejercía como profesora de Arboleda, y él como policía en ese corregimiento de Pensilvania.

Debido a que Ballesteros se unió a la Policía sin terminar su bachillerato, su buen servicio hizo que sus superiores le permitieran terminar la secundaria, en la que conocería el amor de su vida.

Tras 20 años de servicio a la institución Luis Alirio se dedicó de lleno a la comunidad y a su familia. Sus cuatro hijos y su esposa eran su principal motivación.

Era conocido como el Tío, gracias a sus sobrinos que lo llamaban así en cada momento e hizo que los habitantes tomaron el parentesco como propio. Llevaba nueve años jubilado al momento de la toma guerrillera.

Dora Inés no duda al enumerar las características de su esposo. “Íntegro, honesto, responsable, amoroso y un excelente padre”, prueba de ello era como todo el año se dedicaba a realizar rifas para recoger dinero y poderle dar regalos a los niños del corregimiento en diciembre. "Lo más grande para él era ver un niño feliz en Navidad", enfatiza Dora.

Aunque nació en Salamina, Alirio se crió en Villamaría. Siempre se caracterizó por su seriedad, pero a la vez su compromiso por servir a la comunidad. Esa misma seriedad es la que ve Dora en sus cuatro hijos y la transporta al pasado cuando los seis integrantes de la familia Ballesteros López vivían en armonía.

Radicarse en Manizales para ver a sus hijos formarse en la universidad y llegar a la vejez de la mano con Dora Inés eran los grandes sueños de Luis Alirio. Los dos nietos que hoy conforman el grupo no podrán conocer a su abuelo, pero las innumerables anécdotas siempre lo tendrán presente.

La desdicha y el sufrimiento de la familia no terminó con la toma que terminó con la vida de Alirio. Cuatros días después el padre de Dora murió, lo que resultó en el entierro de dos padres para la familia.

Después de la muerte en la casa de los Ballesteros nunca se vivió el rencor. Dora Inés nunca le inculcó el odio a sus hijos, por el contrario y como asegura perdonó hace mucho.

Luis Alirio Ballesteros tenía 47 años al momento de la toma.