HELMER GONZÁLEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Fue un día lluvioso y frío en Manizales. La falta de luna hizo más oscura la noche. Subiendo por la vía Manizales-Mariquita no hay mucho que visualizar en la penumbra hasta que una señal de pare y una luz azul de linterna que se agita de lado a lado hace detener al vehículo.
La hora. Cerca de las 7:00 de la noche, pero desde las 5:00 p.m. está Reinaldo Castaño en su caseta hecha de listones, plástico y un piso de madera, la estructura y señal de desvío ocupan un carril. Él se lleva una cucharada de arroz a la boca. Es la hora de su comida, antes no, porque la jornada que le espera es de puro aguante.
Su labor es fundamental para la vida de quienes circulan por esa vía. Es un guardián de la carretera. Es un paletero. Casco, chaleco reflectivo y un radio en el que dice: "le mando", para informarle al compañero del otro lado de la curva que dejará pasar un vehículo o varios.
De noche hay dos puntos en los que se regula el tránsito en la vía, debido a las obras de rehabilitación. Son lugares críticos. Si no fuera por los paleteros los accidentes de tránsito serían inminentes. Este medio fue testigo de que algunos carros llegan a gran velocidad al punto y les cuesta la frenada cuando ven la señal de pare.
Acompañamos a los cuatro paleteros que cada noche hacen su tarea entre las 5:00 p.m. y las 7:00 a.m.
Radio y linterna
Reinaldo Castaño lleva seis meses paleteando en el sector de Sabinas. Su experiencia es más amplia porque también trabajó en vigilancia en las obras del Páramo de Letras, entre Tolima y Quindío.
Reinaldo Castaño es el primer paletero que uno encuentra subiendo de Manizales a Sabinas. Es de Calarcá (Quindío).
Aunque es de Calarcá (Quindío) no dudaron en llamarlo. El cuento de paletear en las noches lo describe con facilidad. "Se hace con el radio y cuando se acaba el radio entonces con la linterna nos entendemos".
La circulación de carros es escasa, el frío por momentos parece hielo. "Todas las horas son difíciles", dice y agrega: "Uno se adapta a todo esto". El diálogo parece que se desarrolla en un cuarto oscuro y silencioso hasta que otro carro pasa, para y se le deja seguir.
La otra función que cumplen los paleteros es cuidar las herramientas y equipos. Inclusive en otros puntos de la obra solo hay celadores, porque a lo largo de la vía hay máquinas pesadas.
"Sube, sube", dice mientras pone la paleta por el lado verde y la respuesta es: "mande compañero". Un camión que estaba parado reinicia la marcha y saluda con el pito al paletero. Todo vuelve a quedar silencioso.
Jamás ha tenido problemas con conductores, aunque no falta el que se vuela la señal de pare. "Eso sí es responsabilidad de ellos, pero también hay otros que paran por allá y piden perdón diciendo que no vieron la señal".
"Baja compañero", interrumpe luego de un rato la voz en el radio. "Okey compañero". Así entre silencios y la voz del radio se agotan los minutos. Las horas son más largas cuando llueve y hay que multiplicar la atención.
A propósito, en caso de una emergencia, que nunca le ha tocado en el sector, está bien informado de que debe comunicar de inmediato a Bomberos Maltería y a la Policía de Tránsito.
Sus principal arma contra la monotonía es su radio transistor al que le conecta una memoria con música vieja y buen sonido. No muestres tu dolor no seas cobarde..., entona el Caballero Gaucho. Después de las 12 de la noche es más escaso el paso de carros. El radio apenas sirve para llamarse y seguir ganándole tiempo a la oscuridad.
De páramo, pero friolento
José Alexánder González es el compañero con el que se comunica Reinaldo. Cumplirá su primer mes de trabajo. Vive cerca, pero a pesar de estar relacionado con el frío dice: "Uno cree que no le pega tan duro, pero por la noche hace mucho frío".
Aún así es el que menos sacos tiene para cubrirse. Además, ya había hecho paleteo en otras ocasiones y en otros lugares de la misma obra de rehabilitación.
Sus horas difíciles son hasta las 10:00 de la noche y luego de las 3:00 de la mañana. "Uno se va cansando, le toca pararse a caminar porque seguro se queda uno dormido sentado".
Hasta el momento se siente cómodo en lo que está haciendo. Las novedades son escasas, solo ha escuchado que a un paletero le tocó volarse porque lo espantaron. "A mi no me ha pasado, eso es puro cuento".
Conocedor del territorio señala que los únicos ruidos y presencias diferentes que ve son algunos animales de monte como cusumbos, zorrillos y tigrillos que para él no son nada fuera de lo común.
Haciendo cuentas
José William Ríos tiene la misión de regular otro punto en la subida. Se le ve más optimista para aguantar el paso del tiempo.
José William Ríos Blandón, de Manizales, es el que más tiempo lleva paleteando en la obra. Dice que recientemente los ingenieros le hicieron cuentas y le afirmaron que completó 22 meses. Está en otro punto del recorrido, igual de crítico porque la curva hacia afuera está bastante resbalosa y mojada.
Es la misma rutina del primer punto, aunque el lugar es más frío: "Si quiere mande don Alirio". Cerca de las 8:00 de la noche se ve más actividad, vehículos que se hacen parar, pasan los que viajan para Manizales y al cabo de unos segundos deja ir a los que van hacia el Tolima o Bogotá.
"¿Qué si hay unas horas más difíciles? Casi todas. A unas porque el tráfico es constante y tarde en la noche o de mañana por estar pendiente de no mandarnos carros callados". Siempre deben estar anunciando los carros que van y cuál es el último para luego dar vía a los que vienen.
"Si uno manda (carros) callado esa curva es muy peligrosa", señala apuntando el foco de la linterna al sitio resbaloso. Lo más importante es pasar bien el informe al compañero y para eso hay que mantener muy despierto.
"Hasta a mi me pasó que me quedé dormido en esta banca, ya estaba de día y me fui de cabezas al suelo". Se la perdonaron por su experiencia y porque el turno prácticamente estaba acabando.
Su preparación para el turno es particular. Duerme entre cuatro y cinco horas en el día. Cuando llega al sitio de trabajo se envuelve los pies en periódico y se pone los zapatos, dos pantalones, tres buzos, el chaleco reflectivo, una gorra de lana bajo el casco y alista su radio.
"Aquí no es su puesto"
Alirio Molina está en el punto más helado de los paleteros.
Al otro lado de la curva conocimos a Alirio de Jesús Molina Carmona, el interlocutor de William, natural de Pácora. El punto que le toca es quizás el más frío. Durante las lunas llenas las ve de frente sobre la ciudad y el viento helado se cuela entre dos montañas como en un embudo y llega justo hasta el lugar que tiene asignado.
Su experiencia con el paleteo es amplia, lo ha hecho en La Pintada (Antioquia) y en el Quindío.
Los 16 meses que lleva en el trabajo han transcurrido de manera normal, excepto por una ocasión: "Estaba acá sentado (una banca) cuando algo... algo que no sé... me dijo 'aquí no es su puesto'. Y yo me paré empecé a caminar. Vine a reaccionar allá arriba (150 metros), me pregunté que hacía por allá y me devolví". Aunque piensa en eso que jamás ha explicado asegura que mantiene la tranquilidad.
No tiene dudas en que las noches más difíciles son las de los fines de semana, en especial si hay festivo y mucho peor si vienen hinchas del Once Caldas de otras ciudades.
"Otra cosa que no me explico es porque no respetan el pare. Le toca a uno salir hasta la vía y me han parado al pie. Los únicos que medio respetan son los camioneros y conductores de buses, pero los particulares no". Lo que es difícil explicar es por qué se arriesga tanto.
Cuando empieza a amanecer son las mejores horas. Las primeras luces aparecen a las 5:15 a.m. y a las 5:30 el día ya es claro. Falta poco para descontar los últimos minutos del turno.
La obra
El proyecto en el que laboran Reinaldo, Alexánder, William y Alirio es la rehabilitación de la vía Manizales-Honda, con una inversion de cerca de $290 mil millones. El dinero se ejecuta a través de Invías, pero el proyecto surgió en el Fondo de Adaptación para atender el problema de derrumbes continuos e inestabilidad del terreno, que se evidenciaba sobre todo durante el invierno y que produjo varias tragedias por accidentes de tránsito.
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