Liset Espinoza
LA PATRIA | Manizales
Ayer Diana y Gisela, cuyas historias se cuentan en dos recuadros de esta nota, portaron camisetas naranja, igual que otras 14 personas que conforman la mesa de participación de víctimas en Caldas. Ellas asistieron a la Asamblea departamental, donde, junto con diputados, realizaron un cabildo abierto "Por las víctimas, por la paz" en conmemoración del Día de la Memoria y Solidaridad.
Luis Eduardo Morales Mejía, funcionario de la Dirección Territorial de la Unidad de Víctimas del Eje Cafetero, manifestó que el Día Nacional para las Víctimas es una iniciativa consagrada en la Ley 1448 y que pretende reivindicar el estado de las víctimas, pues su reparación es la construcción para la paz en Colombia.
Agregó que en Caldas trabajaron fuerte por la implementación de la ley y que en menos de dos años repararon muchas más personas que en vigencias anteriores.
"En el 2013 invertimos $16 mil millones en reparación, construimos los planes de acción con los entes territoriales para prestar los servicios de asistencia, reparación y atención. Además, instalamos los comités de justicia transicional y fortalecimos los espacios con las mesas de participación en Caldas", dijo.
Añadió que la meta es seguir reparando víctimas que están retornando, entregarles vivienda e identificar escenarios para una reparación efectiva.
Tema central
Julián Gutiérrez, gobernador de Caldas, explicó durante el cabildo este tema es "espinoso" porque como gobernante tiene responsabilidades, pero no cuenta con recursos. "Esta puesta de camiseta, aparte de ser un gesto, es una realidad, pues solicité hacer una cumbre de gobernadores en Caldas en la primera semana de octubre siendo el tema central el de las víctimas".
Agregó que la responsabilidad de su Gobernación es poner a estas personas en el plano nacional para adquirir nuevos recursos y atacar el problema con el nuevo gobierno.
Cristian Camilo López, profesional de participación de la Unidad de víctimas del Eje Cafetero, afirmó que desde hace 66 años Colombia soporta el flagelo del conflicto armado y que con la construcción de la Ley 1448 del 2011, víctima no era solo quien sufría un desplazamiento forzado, sino también la que padeciera despojo de tierras, lesiones con incapacidad permanente, minas antipersonal, reclutamiento ilegal de menores, masacres, entre otros.
"No pensé que hubiera espacio para nosotros"
A las 3:00 de la tarde de un día del 2002, a Diana Posada, de 42 años, le informaron que un grupo de autodefensas se acercaba a su vivienda en una vereda de Tuluá (Valle). Solo pensó en sus dos hijos, de siete y cuatro años, que salían de la escuela. El miedo no la atajó y se fue a buscarlos. Al regresar, dos filas de paramilitares, a lado y lado de la vía, la esperaban. Diana se aferró a sus hijos y al cruzar, un 'para' le dijo: "qué belleza de mamá, vino por sus polluelos".
Después de salir bien librada huyó a caballo con su esposo y sus hijos, con lo que tenían puesto. De eso hace ya 12 años. "Lo más duro del desplazamiento es saber que vos tenés todo por lo que luchaste y de la nada tienes que llegar a otra parte con una mano adelante y otra atrás", dice, mientras toma aire y se le encharcan sus ojos.
Su primer destino fue Medellín, adonde llegó con dos botellas de agua para pasar los duros días que le venían. Días después, con ayuda, consiguió una casa y su esposo empezó a vender agua en semáforos, mientras que ella pasó de ser promotora con la Cruz Roja de su vereda a ayudar en casas de familia con el aseo para conseguir qué comer.
Sin embargo, la violencia desatada en esa ciudad la hizo buscar refugio en Caldas, donde vive en una finca con su familia desde hace seis años. "Esto es un paso grande, nunca pensé que para nosotros hubiera un espacio abierto. Después del desplazamiento me capacité, terminé mi bachillerato en el 2007, he estudiado con el Sena lo que he querido, y ya tengo dos nietos", expresó.
Agregó que ahora lucha por la gente que necesita que los tengan en cuenta y que sepan que son como ella, víctimas.
Con oro, luego del desplazamiento
Gisela San Martín Mendoza, coordinadora de la Mesa departamental de víctimas en Caldas, también fue desplazada por paramilitares en Los Montes de María (Bolívar), lugar fuertemente afectado por los grupos al margen de la ley.
Recordar y hablar sobre esa etapa de su vida se le dificulta, pues aunque está con sus dos hijas radicada en territorio caldense desde hace 8 años, son los mismos que lleva sin saber qué pasó con el resto de su familia.
"Es duro tener que dejar todo y enfrentarme a un mundo desconocido. Salí de allá con tres chiros y una niña en brazos para empezar de nuevo. Me dedico al barequeo para subsistir", explicó.
Añadió que las víctimas de la violencia están llenas de necesidades y que no ven respuestas del Gobierno ni de los entes territoriales a pesar de contar con una ley, que rige desde el 2011.
"La Unidad de Víctimas tiene muchos programas y proyectos para nosotros, pero muchas veces hay dificultades para acceder a ellos. Por ejemplo el plan PARI, ahí tenemos una caracterización de nuestra situación actual, pero no podemos estar medio bien porque quedamos excluidos de cualquier indemnización y eso no es justo", indicó.
Sostuvo que buscan es justicia y verdad por sufrir un daño grave, pues afirma que el Gobierno los podrá reparar económicamente, pero nunca les reparará el daño moral.
Reparación integral
Según Luis Eduardo Morales Mejía, funcionario de la Dirección Territorial de la Unidad de Víctimas del Eje Cafetero, hay cinco dimensiones para reparación integral de víctimas: Rehabilitación, restitución, garantías de no repartición, indemnización económica y medidas de satisfacción.
Las zonas
Los víctimas que integran la mesa departamental en Caldas provienen de municipios como Supía, Pensilvania, Marquetalia, Samaná, La Dorada, Viterbo, Belalcázar, Anserma, Chinchiná, Manizales y Marmato.
En otros municipios
El Día de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas estuvo acompañado por actividades simbólicas en algunos municipios de Caldas para reivindicar sus derechos.
En Manzanares
Foto | Henry Giraldo | LA PATRIA
La comunidad marchó y se concentró en el Parque de Bolívar. También en el Centro Cultural de Memoria Histórica del municipio se expuso material fotográfico y periodístico recopilado desde el 2002 como evidencia del proceso de reparación de víctimas.
En La Dorada
Foto | Manuel Valencia | LA PATRIA
Con un desfile la banda marcial de la base aérea Germán Olano rindió un homenaje a las víctimas en el que participaron colegios, asociaciones de víctimas y funcionarios de la Alcaldía. La actividad culminó en el Parque Jorge Eliécer Gaitán con oraciones.
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