
LA PATRIA | Manizales
En la práctica qué debe enseñar un profesor sobre la paz. Las sugerencias son muchas. Una, por ejemplo para docentes rurales, la hace María Cristina Sánchez, docente investigadora del Cinde U. de Manizales: "La formación en medio ambiente, la formación en amor al territorio y el respeto a lo propio".
Ella participa en el V Simposio internacional en educación y ciencias sociales: educación (es) para la paz: territorios en construcción, que comenzó ayer y concluirá hoy en Manizales.
Para Sánchez es fundamental mirar hacia el campo, donde considera está la salida, inclusive para la conciencia del otro, del vecino, del trabajo diario. "Yo lo haría en esa dirección, inclusive varias iniciativas de paz le están poniendo atención al tema ambiental".
El Simposio seguirá hoy, en el Teatro 8 de Junio de la U. de Caldas, a partir de las 8:00 a.m. con la conferencia Los desafíos de la población juvenil y la inclusión educativa en la era de la cultura digital y el postconflicto, a cargo de la doctora Alicia Inés Villa, de la U. de la Plata (Argentina). Ver programación completa en www.lapatria .com
Acercamiento
LA PATRIA habló con la investigadora María Cristina Sánchez:
-¿En qué consiste su exposición en este simposio?
El trabajo es un acercamiento a la noción de subjetividad política y cómo las lecturas aportan a la formación ciudadana a la paz.
-¿Qué deben hacer los dirigentes para promover la paz desde la escuela?
Hay que agenciar y buscar actores que estén dispuestos y unos de esos son los académicos. Este, por ejemplo, es un simposio de investigación, hay gente investigando, creando, pensando en escenarios para la paz.
-¿Cómo se puede contribuir desde la educación a la paz, independiente de que se firme o no un acuerdo en La Habana entre Gobierno y las Farc?
Hay una estrategia que me parece fundamental y es pensar los lugares, los momentos y las formas de la paz. Y justamente en el trabajo que voy a presentar pienso que la memoria es una alternativa para hacer paz, y hacerlo desde la escuela.
Claro que las escuelas, sobre todo rurales, han sido víctimas de la violencia, ¿qué hacer en estos casos?
Creo que justamente hay que comenzar también a hacer nuevas lecturas de la escuela. No es solo un escenario de formación académica o de conocimientos, también se vuelve una especie de actitud o de actividad pedagógica en la formación de ciudadanos de paz. Es decir, no solo es un centro que reproduce conocimientos, si no que es un agenciamiento político que puede hacer personas en paz.
En Caldas se cerraron escuelas por el conflicto y se reabrieron con esfuerzos comunitarios, sin necesidad de programas estatales de posconflicto, ¿Eso qué significa?
Gran parte de fallas en términos de las agendas para la paz o para la resolución de conflictos. Creo que el Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano (Cinde) ha motivado la ejecución de proyectos que tienen que velar con el cuidado de esta población que ha sido desplazada, que ha sido víctima de estas múltiples violencias. Un poco lo que hemos adelantado a nivel investigado piensa precisamente en los niños y jóvenes como constructores de paz, que es un proyecto ya grande de amplia trayectoria que ha pensado específicamente en población del Eje Cafetero. Ha sido una alternativa buena.
Algunos datos
María Cristina Sánchez León es docente investigadora del Cinde Universidad de Manizales, de la Católica de Manizales. Además, es filósofa de la Javeriana, magíster en historia y teoría del arte y la arquitectura, de la Nacional de Colombia, y candidata a doctora en ciencias sociales, niñez y juventud de la U. de Manizales.
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