RICHARD AGUIRRE
LA PATRIA | LA DORADA
Unos dicen que fue peor la inundación del 2008, otros que por la del 2011. En lo que coinciden es que esta no fue de las mismas dimensiones de las dos anteriores, que son las que peores recuerdos les dejaron a los habitantes de La Dorada.
Pese a su percepción, 13 barrios y 10 veredas resultaron afectados por las crecientes del río Magdalena que hoy ajustan dos semanas y que tienen llenas de lodo las viviendas y calles de la zona.
A Bernardo Cardona, habitante de Las Delicias, el Magdalena le ha pasado factura dos veces por vivir en la ribera de su cauce. Hace siete años lo dejó sin vivienda, y hoy intenta sacar el barro de su casa. “Es una situación crítica la que vivimos, pero aquí seguiremos, esto solo sucede por allá cada cinco años”, dice Bernardo, mostrando fidelidad al vecino que ha tenido durante toda su vida y de quien no se queja por los estragos que deja en el puerto.
El otro lado de la moneda lo vive Luz Marina Márquez Sierra, vendedora de pescado y quien perdió unos $2 millones del “plante” que tenía en su negocio. Asegura que queda con una mano atrás y otra adelante. “Se perdió todo el pescado, ni para qué le digo cómo quedó mi casa, perdí todas mis cositas”.
El río también le ha mostrado su fuerza en las dos ocasiones anteriores. Lo peor, para ella, es que el gota a gota que le prestó el dinero para mantener el negocio no le dará más plazo para pagar, los intereses aumentarán. “Hay que hacerle y seguir, aunque espero que la Alcaldía nos ayude”.
Agua y más agua
La relación de los doradenses con el río es tan fiel que en ninguno de los testimonios se habla de alejarse de sus viviendas. Esperan es que les ayuden a mantenerse y que construyan obras que sí sirvan para contener el agua cuando aumente su nivel. Esta semana, por ejemplo, llegó a 6,60 metros, mientras que el viernes se acercó a los 5 metros. Ellos, acostumbrados a esto, están más preocupados por las represas que se construyen en Huila y Tolima que son, según las voces, las que más ocasionan inundaciones en el puerto cuando les abren sus compuertas. “Ese es el peligro, porque en los 70 años que llevo en La Dorada, las inundaciones no habían sido tan graves”, relata Pedro Pablo Londoño, del barrio Obrero.
Nubia Olmos, barrio Las Delicias
“Nos toca quedarnos cuidando las cosas, porque unos miran, pero otros roban. Estamos durmiendo en carpas sobre la carrilera”.
Diana Beltrán, barrio Delicias
Ha sido una situación muy incómoda. No hay agua y las casas están llenas de barro, cuando uno va y mira le dan ganas de llorar porque no se sabe por dónde empezar.
Otaviano Céspedes, Bucamba
Todo se inundó. Los vecinos están muy afectados, porque las casas se llenaron de agua. Llevamos dos semanas en las mismas. El problema es que el río sube y baja.
Ver galería en : http://www.lapatria.com/galerias/emergencia-invernal-en-la-dorada
De frente
Diego Pineda, alcalde de La Dorada, hace un balance de lo que sucedió en el puerto caldense.
-¿Balance de las inundaciones?
Fue catastrófico. Unas 3 mil personas, de cerca de mil familias afectadas. Hubo cuatro días calamitosos. Afortunadamente el río bajó y el agua salió de la ciudad. Estamos muy agradecidos con los organismos y personas que nos ayudaron.
-¿Qué viene?
Principalmente el acompañamiento a las familias en todos los aspectos y la limpieza del barro que quedó. Ahora tenemos que hacer un llamado a los gobiernos Nacional y Departamental, porque tenemos que darle la cara al río y formular un proyecto que involucre muros de contención. El río puede entrar a la ciudad, pero dirigido por canales.
-¿Cuánto costaría?
Tenemos estudios y diseños que hablan de unos $4 mil millones.
-¿Y las viviendas?
Tenemos 150 afectadas que serán intervenidas con Comfandi, pero serán unas 200 viviendas más que debemos construir y reubicar. Eso hay que gestionarlo.
-¿Fracasó el malecón de Conejo, construido en la Alcaldía de Erwin Arias?
Sí, fracasó. Los jarillones no eran técnicamente los ideales, pero estamos es para mejorar y tratar la orilla del Magdalena para evitar que eso vuelva a suceder.
Luis Eduardo Guillén Rubio, barrio Delicias, rompe la pared de su casa para evacuar el agua. “La atención de la Alcaldía ha sido muy buena, lo mismo que de los Bomberos. No nos ha hecho falta nada”.
Kevin Estiven Atheortúa, del barrio Conejo, enseña las inundaciones de su vivienda. “Tenemos mucho pantano por sacar. Perdimos muchas cosas y todo sigue inundado. Mire cómo está la casa, ya tengo hasta hongos en los pies”. Agrega que en las inundaciones del 2011 tardaron dos semanas limpiando la vivienda.
Fabio César Posas lanza al río Magdalena el pescado que se dañó durante las inundaciones de esta semana.
El alcalde, Diego Pineda, entregó ayudas hacia el mediodía del viernes en el barrio Corea.
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