INTERACTIVO: Florencia, donde el verde se convierte en agua

Laura Sánchez

LA PATRIA | Manizales

El corregimiento más grande de Samaná es Florencia, después de San Diego, Encimadas y Berlín.

En sus inicios se llamó San Narciso y pertenecía a Sonsón (Antioquia); solo en 1895 recibiría el nombre de Florencia.

Los terrenos fueron descubiertos por el sacerdote Daniel Florencio Sánchez Torres, quien llegó a estas tierras en octubre de 1894 para crear una viceparroquia autorizada por la Diócesis de Medellín. Más tarde, su nombre fue el que inspiró el de este corregimiento, por ser el primer colono y por construir la primera capilla en bahareque y con piso de madera, en 1985.

Según el libro Samaná en la historia, fueron 16 personas las que habitaron por primera vez estas tierras, quienes eran provenientes de Sonsón, Marinilla, Argelia y Pensilvania.

El corregidor, Conrado Rojas, aseguró que Florencia es “donde el verde se convierte en agua”, tal como reseña un aviso al ingreso de la Selva de Florencia.

En este lugar, que en algunas épocas ha promovido la idea de separarse y convertirse en municipio, hay 5.500 habitantes, que según él, trabajan como de costumbre y viven sin angustias, aún después del anuncio del volcán El Escondido. “No era nuevo. Había un rumor hace muchos años de que el volcán existía. Se hizo una socialización con la comunidad, es inofensivo”, comenta Conrado. Asegura que programan reuniones para reaccionar frente a una posible erupción.

En 1990 abrieron la carretera que comunica a Florencia con Samaná, ahora ingresar al corregimiento tiene dos opciones: Por la vía La Dorada-Norcasia-Berlín, o por Victoria-Cañaveral- Samaná-Los Pomos.

Antes de 1980 la vía por Florencia y Sonsón era la principal comunicación entre Bogotá y Medellín. La carretera, en mal estado sobre todo en invierno, está en un proyecto denominado Transversal de la paz que la podría revivir y de paso dar salida a una región que fue azotada por el conflicto armado a finales de los 90 y comienzos de la década pasada.

Precisamente Florencia quedó entre las poblaciones más golpeadas por acción de guerrilleros y paras. Desplazamientos, asesinatos, secuestros y extorsión fueron el pan de cada día durante casi 10 años. Hoy se respiran aires de paz, mientras las víctimas esperan mayor reparación.

En este territorio existió la mina de oro La Bretaña, que sirvió para el desarrollo económico de Samaná en los primeros años, en la que trabajaron unas 250 personas, todos pobladores de la zona. En 1949 se renovó el empedrado de sus calles. En 1990 se terminó de construir la carretera Santa Bárbara - La Quinta - Puente Río Moro.

Además de la Selva de Florencia, otra ruta turística cercana a Florencia es el embalse La Miel (Norcasia), Laguna de San Diego (corregimiento) y los Termales de Espíritu Santo (Nariño), límites entre Antioquia y Caldas.

*Con información de la Alcaldía de Samaná y del libro Samaná en la historia de José Miguel Alzate.

Parque Natural Nacional Selva de Florencia*

Tiene 10.019 hectáreas de extensión y se constituye como la única área de conservación en el oriente de Caldas, correspondiente en un 62% a Samaná y un 38% a Pensilvania.

Los paisajes naturales de la Selva de Florencia recogen una muestra significativa de las bellezas escénicas de las montañas de la parte alta de los Andes. Ese bosque nublado, de colinas ondulantes y vegetación tupida y enmarañada presenta la mayor concentración de ranas del país y posee más de la mitad de todas las que han sido registradas para la cordillera Central. Lo más sobresaliente es el alto grado de endemismo, que involucra al 71% de las especies de ranas.

*Información tomada del Plan de manejo 2008-2012 de Parques Naturales Nacionales de Colombia.

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