
Óscar Veiman Mejia
LA PATRIA
Riosucio
El sol pega duro. Son las 12:20 del día. En la portería norte de la cancha de fútbol de la vereda Sisirrá de Riosucio un hombre, de 25 años y 1,62 de estatura, trata de evitar que su arco se llene de más goles, pues van cinco minutos y el marcador ya esta 3 - 0 en contra. Su esfuerzo es en vano, al terminar el primer tiempo el partido está 6 - 0. Sin embargo, él tiene suficientes motivos para decir que esto no es una derrota. “Por el contrario estoy muy feliz de poder jugar aquí al frente de mi comunidad. Aquí ganamos todos”, dice
Este pequeño portero forma parte de ‘Formacion para el trabajo‘, equipo de un grupo de reinsertados de la guerrilla y las Auc. A los 12 años de edad se fue con las Farc y estuvo ocho años combatiendo en el monte. Hoy, valida la primaria y su sueño es tener un finca para sostener a su esposa y sus dos hijos, de dos y tres años.
Las 21 familias, integradas por 150 personas, armaron la fiesta con sancocho, y toda su muestra de bebidas típicas para alegrar el día: chicha, guarapo y pelaguache. La alegría y el festejo es por cuenta de 12 hombres que un día decidieron dejar los grupos ilegales, soltar las armas, regresar a sus familias, y volver a soñar.
“Yo sentí maltrato en mi casa, en la escuela y por eso me fui para la guerrilla. Simplemente veía que por aquí había muchos guerrilleros y me metí”, comenta el joven, mientras descansa del primer tiempo.
Él y sus compañeros, durante cuatro meses, como servicio social de su proceso de reintegración, con pica y pala ayudaron a construir la cancha de fútbol de la vereda, ilusión que la comunidad guardaba hace 20 años. El carnaval de ayer en el caserío tuvo como actividad central un cuadrangular de balompié. Desmovilizados, funcionarios de la Alcaldía y miembros de Sirirrá conformaron los equipos.
En la vereda siguen los discursos emotivos, la música, los fogones de leña encendidos, todo bajo un intenso calor. El joven desmovilizado habla de sus múltiples combates, a la vez que señala una herida de proyectil en su cuello. “Me pegaron cuatro tiros y me tuvieron que hacer hasta una cirugía plástica.
El proceso de reintegración en el Eje Cafetero se adelanta con mil 200 desmovilizados de las Farc, Eln, Epl, y Autodefensas. En el país el desarrollo del programa está a cargo de la Agencia Colombiana para la Reintegracion (ACR), la cual tiene en sus manos que cerca de 30 mil hombres, que un día estuvieron en conflicto, retornen a la vida civil.
El excombatiente, ahora con camiseta, pantalonera, medias y guayos, está listo para el segundo tiempo, más bien para algo así como una segunda oportunidad en su vida. “Cuando la guerrilla me trajo por aquí cerca pude ver el repudio de la gente hacia nosotros. La gente nos miraba con odio por tanto daño. Al final tomé la decisión de regresar con mi familia".
Héctor Gañán, quien nació en la vereda y ahora trabaja en Bogotá, viajó ayer para estar en la cita que considera histórica para Sisirrá, caserío enclavado al final de una loma a donde se llega por un camino de piedra y barro, tras una hora de caminata. “Esto fue un escenario de violencia, hace rato es de paz, y ahora es de reconciliación con nuestros hermanos que se habían ido.
En Caldas
Carlos Andrés Castro, líder del Centro de servicios de la ACR en el Eje Cafetero, indica que en Caldas atienden cerca de 400 excombatientes de 13 municipios. “Ellos participan en procesos básicos, intermedios y de avanzada, que incluyen actividades psicosociales, académicas, acompañamientos jurídicos y de empleo.
El árbitro llama de nuevo a los jugadores para reiniciar el partido. “Ahora me siento muy bien, siento que nadie me persigue. Antes había que correr todo el tiempo, uno sentía que el Ejército ya estaba encima. Ahora me gusta estudiar y ver a mi familia contenta con mi regreso, pues fue mi mamá la que primero me pidió que volviera y le estoy cumpliendo”.
El alcalde de Riosucio, Abel David Jaramillo, dice: “es un gran logro para la sociedad que ellos tengan la oportunidad de resarcir el daño que hicieron. Ahora debemos apoyarlos para que regresen y sirvan a sus comunidades. Todo eso debe estar acompañado de un proceso social, como el que estamos liderando en el Municipio.
El juego comienza de nuevo. Todo está dado para que los goles en el arco de los reinsertados sean más. El pequeño arquero pasa a jugar de delantero. “No importa dónde juegue, hoy lo mejor es que estamos celebrando con nuestros vecinos”, comenta.
Ángel Bueno, médico tradicional en el Resguardo Indígena de San Lorenzo, redondea la ceremonia con sus oraciones en Embera Chamí y en español: "Chiguibume ome, chiminy pemisuya", palabras que significan "bendición amén, amado Cristo", que representan el sentir de quienes sufrieron con la violencia que les dejó el conflicto y que ahora le juegan a la reconciliación.
Satisfechos
Comunidad de la vereda Sisirrá en Riosucio dijo lo siguiente sobre el aporte de los desmovilizados con el arreglo de la cancha de fútbol:
Luis Aldemar Gañán, cabildante
Excelente, una gran labor de ellos con la comunidad. Agradecemos y resaltamos este aporte para nuestra comunidad.
Jose Nevardo Andica, profesor
Los niños necesitaban algo así. Esta es una buena manera de impulsar el deporte, la cultura y la integración.
Juan Felipe Gañan, estudiante
Estamos muy contentos porque nos hicieron una cancha de fútbol, que está cerca de las casas, la tienda y la escuela.
Isnardo Bueno, árbitro
Un gran aporte para la formación de los niños y jóvenes que por aquí tienen poco espacio para el tiempo libre.
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