
ALBEIRO RUDAS
LA PATRIA | MANIZALES
Cubierta por la neblina mañanera y en lo alto de una montaña de la vereda Maraprá, en Anserma, está la finca El Refugio. Llegar allí demanda esfuerzo para vehículos de doble tracción y para el forastero que va observando cómo se asciende por una empinada carretera sin afirmado y en un barro rojizo ya socavado por la lluvia.
El Refugio es propiedad de la familia Arango Gonzáles. Una parte de su fachada está recubierta en piedra, el resto es de raíces de maderas petrificadas por los años y rescatadas de diferentes lugares de Colombia.
Al ingresar se piensa que sus dueños conservan gran parte de objetos de la Colonización antioqueña, como pilones en piedra, ollas, aperos y sillas en medio de unos descomunales muebles en madera elaborados con gran destreza; pero a medida que se interna en la casa el ambiente es otro.
Grandes figuras religiosas se asoman desde 14 habitaciones en una área dos niveles, con siete salas, una capilla y dos patios en los que el arte religioso tapiza paredes y techos, combinado con cuadros de santos y la vida de Jesús. Parece un museo religioso.
Labor de 30 años
Los gestores de esta obra son los sacerdotes Carlos Alberto Arango Gonzáles y Gustavo Cano Valencia, que en sus viajes por pueblos y ciudades donde han ejercido su vida sacerdotal durante 30 años han ido recogiendo cuadros, figuras, imágenes y demás elementos.
Muchos techos están tapizados con óleos del artista Jaimer Morales Duque. El padre Carlos Alberto es un guía excelente por este sitio, cuyo recorrido, con breves historias y explicaciones, puede durar hasta dos horas.
El padre Gustavo dice que cada uno anduvo con muchas de estas cosas de parroquia en parroquia, adornando sus casas curales, pero al resultar complicado su mantenimiento y traslado decidieron, con el aval de la familia del padre Carlos Alberto, adecuar esta finca y poco a poco ir asignándole un lugar a cada objeto. Confiesa que de eso se encarga el padre Carlos Alberto.
El orgullo de estos dos sacerdotes se hace evidente al mostrar su colección, y aunque no han contado con apoyo oficial todo el que los visite es bienvenido, "porque es hora de conservar nuestro patrimonio", aseguran.
Solicitan arreglo de la vía
El padre Carlos Alberto Arango indica que los concejales de Anserma los visitaron el año pasado y prometieron ayudarlos con el arreglo de la carretera, pero el tema se quedó en anuncios. Aunque falta terminar parte de la casa, solicitan a la Alcaldía mejorar la carretera para incluir El Refugio en las rutas turísticas del Paisaje Cultural Cafetero.

En cada habitación se respira recogimiento.

Las imágenes religiosas contrastan con la zona rural en donde está ubicada la casa.

Esta familia vive en medio de un gran museo.

El arte religioso se ve por todos lados.

El Refugio guarda un tesoro religioso y cultural.

Pequeña capilla en el segundo nivel, con un Crucificado de gran tamaño.

Combinación de elementos católicos con los de la cultura cafetera.

Todavía no hay un inventario de las imágenes religiosas que conserva El Refugio.
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