En Chinchiná (Caldas) apoyan a los habitantes de calle en tiempo de crisis

Julián García

LA PATRIA | CHINCHINÁ

La familia del psicólogo Carlos Arturo Gálvez, de 62 años, le insiste que se quede en casa. Él terquea con un no. “El bienestar de los desprotegidos está por encima”, responde.

Fue representante a la Cámara por Caldas, concejal y candidato a la Alcaldía de Chinchiná; creador de la Fundación Coángel, que reparte alimentos gratis desde hace 30 años en el comedor comunitario del barrio Santa Rita para habitantes de calle. Hace 15 días debió clausurar el servicio de albergue para 40 personas de La Meseta, estos huéspedes quedaron a expensas de la caridad.

30 habitantes de calle llegaron el miércoles a la puerta del comedor. Contaron que están durmiendo en el monte porque no les permiten quedarse en las calles y nadie les da nada.

Cristian Andrés Urrea, de 25 años y oriundo del Valle del Cauca, dijo que el pan que una mujer le dio el martes por la tarde fue el único alimento hasta ese día.

“Caí en la indigencia por falta de trabajo, a los viejos no nos ofrecen nada”, manifestó Luis Enrique Cifuéntes, de 67 años.

A Carlos Arturo le toca preparar las comidas, pues los voluntarios que le ayudaban están en sus residencias. 25 familias de Chinchiná y el Centro de Protección del Adulto Mayor de Verdum proporcionan los alimentos. “Hay mucho temor, pero el comedor no se puede cerrar mientras no se solucione el problema”, expresó.

Él salió a la calle conservando las medidas de salubridad recomendadas, con una olla con chocolate y una bandeja con panes para estas personas.

La Alcaldía de Chinchiná recolecta mercados y pretende hospedar a los habitantes de calle en la Escuela Juan José Rondón, del barrio Los Mangos.