
Óscar Veiman Mejía
LA PATRIA | Manizales
La renuncia precipitada de Guido Echeverri como gobernador de Caldas, a simple vista, tiene su origen en lo que le expuso en la carta al presidente Juan Manuel Santos; palabras más palabras menos, el deseo de facilitar la gobernabilidad del departamento.
Sin embargo, detrás habría por lo menos otra razón de peso y en este caso tiene que ver con la dimensión tomada por el choque con el exsenador y líder conservador Ómar Yepes.
En un primer escenario de la confrontación Gobernador-Yepes se habló del inconformismo del dirigente político con las cuotas burocráticas en el gabinete y la participación en la administración de grupos políticos diferentes a la coalición que apoyó a Guido. El mandatario respondió que simplemente gobernaba con los mejores funcionarios, independiente del color político.
Pronto las cosas pasaron de castaño oscuro, al vaivén de la necesidad de escoger encargados, vía terna y vía Presidencia de la República, hasta llegar a unas elecciones, que según algunas voces serían el verdadero trasfondo de la renuncia irrevocable del mandatario.
Los votos
En ese sentido juegan un papel fundamental los mensajes subliminales, o por lo menos su interpretación, tan utilizados en política. Para el yepismo, por ejemplo, estaba claro que el popular gobernador no los acompañaría en el proceso para elegir a quien estará al frente de la Gobernación hasta el 31 de diciembre del 2015.
Lo veían más del lado de los congresistas de la U y de la línea conservadora de Salvación Nacional, de la corriente central de Cambio Radical y de un grupo de liberales independientes.
La posibilidad contemplada por el yepismo se sustenta en el respaldo que recibió de esos partidos en la Asamblea, a la cual llegó sin mayorías para gobernar.
A esta altura de la polémica, en cuenta regresiva para los comicios, casi que se aseguraba que Guido pondría candidato, lo que a la luz de las especulaciones políticas se podría transformar en victoria, dado el punto alto de aceptación de Echeverri, manifestado por politólogos, campesinos, alcaldes, seguidores y hasta no seguidores suyos.
La reacción
Entonces, el yepismo no se quedó con las manos quietas, motivado por el poder que aún ostenta, así no tenga congresista, apenas un diputado y varias alcaldías compartidas con el sierrismo.
Los ataques del exsenador por medios de comunicación y redes sociales fueron cada vez más fuertes. Lo más reciente sucedió el fin de semana cuando anunció que denunciaría ante la Fiscalía, la Procuraduría y la Contraloría la que llamó feria de contratos inútiles en algunas dependencias de la Administración Departamental, para favorecer empresas y personas sin beneficios para el Departamento.
Esta misma semana el senador hace los trámites para entregar las denuncias. LA PATRIA conoció que los señalamientos estarían dirigidos sobre todo a Inficaldas.
Un vistazo a las ías, en las que se interpondrán las denuncias a nivel nacional, muestra que allí los Yepes tienen piezas clave. En la Fiscalía su hija Marcela María Yepes Gómez es la directora Administrativa y Financiera. Felipe Córdoba, el esposo de ella y yerno de Ómar Yepes, es el Vicecontralor General de la República, y se dice que en la Procuraduría tiene un grupo de amigos.
En ese sentido el paso al costado del Gobernador pudo tener también su origen en el temor a protagonizar un pulso, fuerte y en tiempo indefinido, con quien lo convenció de ser candidato y ahora está dispuesto a demostrarle el poderío yepista.
Este movimiento se siente seguro de que con el candidato que salga dará la pelea. Por ahora, tiene a Juan Martín Hoyos como su carta principal para la terna. Hoyos, hijo de la exgobernador Pilar Villegas, fue senador, representante, gerente de la Licorera, secretario de Educación de Manizales y hasta gobernador encargado.
En la terna también está Rubén Darío Valencia, abogado pensilvanense hoy candidato a magistrado de la Sala Quinta del Consejo de Estado, y quien fue secretario Jurídico de la Gobernación en el mandato de Emilio Echeverri y en parte del de Mario Aristizábal. El trío lo complementaría una mujer.
Los ánimos
Tal vez, con su renuncia, proponiéndoselo o no, Guido le baje el tono al ambiente caldeado que ya ha tenido varios sucesos con miras al debate electoral.
A la par con los episodios Gobernador-Yepes han sucedido otros como el que tuvo al senador Mauricio Lizcano con el candidato a la Cámara Arturo Yepes y a la senadora Adriana Franco, como principales actores.
Todo porque la corriente que al final respaldó al gobernador sugirió al exalcalde Julián Gutiérrez como candidato. A varios, entre ellos Lizcano y el senador Luis Emilio Sierra, no les sonó que al promocionar a Gutiérrez tuvieran que llevar al liberalismo oficial y de golpe al yepismo.
En ese momento se desató una seguidilla de acusaciones que llevó a recordar viejas y cercanas actuaciones de lado y lado. De paso se esfumó el anhelo de tener un candidato de consenso, sugerido principalmente por Yepes, Franco e inclusive Óscar Iván Zuluaga, antes de que se resolviera la inhabilidad del gobernador.
Y Cambio Radical
También hay que añadir la discusión vigente entre el yepismo y Cambio Radical. La dirección de este último no le da crédito a un aval que firmaron los cuatro partidos de la coalición para que el Partido Conservador Colombiano pusiera la terna, en caso de ausencia definitiva del gobernador.
Queda preguntarse la verdadera razón de Guido para renunciar. Si esa decisión va más allá de la intención de abrirle campo a la gobernabilidad, mejorar el ambiente político o evitar investigaciones que podrían manchar su imagen positiva.
No obstante, hay quienes dicen que esto no tiene sentido teniendo en cuenta que si son hechos cumplidos y hay motivo para investigaciones, su retiro no las detendrá.
También cabe la opción, o quizá deseo, que le expresó a LA PATRIA, en entrevista publicada el lunes pasado, de regresar a la tranquilidad de las aulas universitarias: "me voy a Bogotá, a la Universidad Manuela Beltrán, pues tuve la oferta desde antes".
En movimiento
Se van con Guido
Se da como un hecho que varios secretarios se irán una vez Guido Echeverri deje la Gobernación de Caldas. En la lista están el secretario de Agricultura, Gabriel Gallego, y la secretaria Jurídica, Cristina Uribe, quienes presentaron la renuncia por antelación.
A ellos se sumarían la Privada, Verónica Llamosa, quien también estuvo como jefe de la Unidad de Prensa. Y Adriana Arango, del Polo Democrático Alternativo, pues los dirigentes del partido tienen claro que la alianza programática para apoyar en las elecciones fue directamente con Guido.
Suenan para encargo
Dos nombres surgieron como posibles designados del presidente de la República para ocupar el encargo en la Gobernación de Caldas. Se trata de Carolina Turbay Hoyos, viceministra de las Tic. Ella es nieta de la exgobernadora Pilar Villegas de Hoyos y del expresidente Julio César Turbay (fallecido) y Nidia Quintero.
Otro que está en la baraja es Roberto Prieto, actual representante de Colombia ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Fue gerente de la campaña del actual presidente Juan Manuel Santos.
En espera
Quién pone primero. Más o menos en eso se basa la estrategia de los partidos para definir candidatos a la Gobernación. Por ejemplo, algunos liberales oficialistas y conservadores yepistas dicen que su aspirante se conocerá una vez la otra coalición presente un nombre. Lo mismo podrían estar pensando la segunda. Así las cosas, a esperar quién se atreve primero.
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