El mayor corre-corre fue en el Viejo Rioclaro

Sania Salazar
LA PATRIA | Manizales

"Pasamos un susto muy duro esta mañana". Ese fue el saludo de Marleny Pineda, quien estaba sentada ayer a las 10:15 de la mañana afuera de su casa, en la vereda Viejo Rioclaro, en Villamaría. Tenía un tapabocas puesto y la acompañaba uno de los tres hijos con los que vive.
"A las 3:45 de la mañana me llamaron al celular los Bomberos de Manizales, me dijeron que me tirara de la cama, que activara la alarma y que saliera rápido", relató.
En la casa de Marleny está una de las 10 alarmas instaladas a lo largo de las veredas que quedan en las riberas de los ríos Claro y Chinchiná para alertar a los pobladores sobre una emergencia generada por la actividad del Volcán Nevado del Ruiz.
Mientras contaba que la comunidad evacuó en unos cinco minutos, explicó que ella y su hijo regresaron a la casa para recoger algunas pertenencias y los productos perecederos de una tienda que tienen en la vivienda.
"No nos querían dejar venir, pero teníamos que recoger las cosas. Nos han dicho que de día se puede quedar una sola persona cuidando, preferiblemente hombre". Marleny contó también que la alarma dejó de funcionar luego de que la activó cuando se lo ordenaron.

La evacucación
Marleny alcanzó a vestirse, lo mismo que la mayoría de sus vecinos y cuando salieron, varios camperos los esperaban para llevarlos a Nuevo Ríoclaro, un lugar más alto, aproximadamente a 10 minutos de su casa.
Relató que solo una familia se negó a salir del lugar y que en general la evacuación fue tranquila.

Cuando Marleny y sus vecinos llegaron a Nuevo Ríoclaro los esperaban los habitantes de la zona, con quienes se dispusieron a esperar el amanecer y a escuchar radio para saber los detalles de última hora. Creyeron que verían bajar la avalancha por el río, pero luego se dieron cuenta de que solo había sido una emisión de ceniza. A las 5:45 de la mañana empezaron a sentirla. "Estaba nublado", describió la señora.
A las 7:30 de la mañana Marleny se devolvió para su casa, donde aprovechó para desayunar. Varios vecinos también se devolvieron. A las 11:10 regresó, subida en la parte de atrás de una moto, a la Caseta Comunal de Nuevo Ríoclaro, donde albergan a los evacuados.

Los evacuados
En la puerta de la caseta, de ladrillo a la vista y con los vidrios de algunas ventanas quebrados, había una mesa en la que miembros de la Defensa Civil y la Cruz Roja hacían la lista de los evacuados.
Al lado de ellos cuatro baños, sin ducha. Dos grupos de damnificados que no sumaban 20 personas ocupaban dos rincones del lugar, en donde solo estaban las sillas en las que descansaban.
María Virgelina Sepúlveda llegó al lugar con su hija, de 15 años, y su nieto, de cinco. Contaron que estuvieron durante toda la mañana en el lugar esperando y que no habían recibido información sobre qué iba a pasar con ellos.
"No se ha desayunado y parece que no se va a almorzar", le dijo un hombre de sombrero a otro mientras miraba su reloj. Eran las 11: 10 de la mañana.
Afuera un bombero le decía a otro que se iba para el sector de El Destierro a evacuar gente. El hombre se subió a un yip rojo y se fue. El señor al que le hablaba era el sargento primero de bomberos Gabriel Carvajal, quien llegó al lugar a las 6:30 de la mañana. Aseguró que había desayunado porque una señora de la zona le dio de comer, pero que no tenía ni para darles un refrigerio a los evacuados.

Carvajal aseguró que la resistencia a evacuar fue mínima y que a las únicas dos personas que se negaron a salir les tomaron los datos y una foto de cara, esa es la orden, porque no los pueden obligar.
El jefe operativo del Comité Local para la Prevención y Atención de Desastres (Clopad) de Villamaría, Daniel Cano, informó que son 48 evacuados, que conforman 14 familias. Carvajal calculó que en la caseta pueden albergar a 100 personas "apretaditas".

Sentado en una tienda al frente del albuergue, Carvajal hablaba de las plantas purificadoras de agua de última tecnología que tenían dispuestas para esta emergencia y que les habían enseñado a manejar hace poco.
Contaba, delante de miembros de la Cruz Roja y de Gustavo Loaiza, presidente de la Junta de Acción Comunal de Nuevo Ríoclaro, las acciones que habían preparado para atender el suceso y los recorridos que habían hecho entregando cartillas y material de educación y prevención para la comunidad.

Loaiza le habló de que el helipuerto, en el sector de Miraflores, estaba listo y de que la zona estaba asegurada con Policía. Esperaban albergues, víveres y más evacuados.
A las 11:30 de la mañana esperaban que llegara el alcalde de Villamaría, Jairo Antonio Valencia, cuya visita habían anunciado desde las 8:00 de la mañana, y quien llevaría lo necesario para atender a la comunidad en riesgo. Carvajal esperaba que por lo menos a la 1:00 de la tarde hubiera almuerzo.
Valencia llegó al lugar a las 2:00 de la tarde y los afectados y los miembros de los organismos de socorro y de la Policía pudieron almorzar a las 2:45 de la tarde. Los afectados se mantienen en la incertidumbre sobre qué pasará con ellos.

Alerta naranja para las riberas

El Comité Regional de Atención y Prevención de Desastres de Caldas se reunió ayer en dos ocasiones. En el primer encuentro, que terminó a las 9:00 de la mañana, se declaró la alerta para las riberas de los ríos Claro y Chinchiná y amarilla para los cascos urbanos de Chinchiná y Villamaría.

Dos aspectos preocuparon y centraron buena parte de las intervenciones: la incomunicación telefónica con la población de la vereda Potosí, adonde se envió personal de la Policía y organismos de socorro, y si las personas evacuadas amanecerían fuera de sus casas. En este caso, la Defensa Civil se comprometió a facilitar 20 colchonetas, pues la Cruz Roja dijo que no tenía y que tampoco podía instalar inmediatamente los albergues temporales hasta que no se supiera cómo seguía el Volcán Nevado del Ruiz.

Frente a los areneros, Guido Echeverri, gobernador de Caldas, indicó que la Policía iba a hablar con ellos para que estuvieran atentos ante cualquier cambio. Mientras tanto, pudieron continuar con sus labores.
Daniel Cano,  del Clopad de Villamaría, informó que los 48 evacuados pasarían la noche en Alto Rioclaro y que el retorno a sus casas dependerá de la actividad del volcán, que hoy podría disminuir. Indicó que llevaron al albergue 60 colchonetas, 100 cobijas y 60 mercados.

Recomendaciones
*Permanecer dentro de las viviendas.
*Cubrirse la nariz y la boca con una máscara, pañuelo o trapo.
*Si la ceniza cae a patios o zonas descubiertas recogerla en una bolsa y echarla a la basura, nunca lavarla con agua.
*Escuchar emisoras de radio para conocer la evolución de la actividad volcánica.
*No usar lentes de contacto porque se expondría a una abrasión en la córnea.
*Utilizar gafas de seguridad.
*Poner toallas empapadas bajo las puertas que dan al exterior y otras fuentes por donde puedan filtrarse las cenizas.
*Asegurar las ventanas con cinta adhesiva.
*No circular en carro, las cenizas pueden disminuir la visibilidad y provocar accidentes.
*Cubrir los depósitos de agua para el consumo humano y animal.
*Limpiar los techos, no dejar que se acumule la ceniza.
*Usar calzado con suela de goma si se va a salir a la calle.
*No entrar en pánico y no desesperase. Ante cualquier emergencia recurrir a las autoridades competentes.

Otras sugerencias
- Mantener la calma.
- Cruzar con precaución por los cauces y orillas de los ríos Chinchiná, Gualí, Lagunillas, Azufrado y Recio.
- Observar el nivel de los ríos para determinar sus cambios.
- Estar atentos a las alarmas.
- Tener listo un paquete de emergencia, que debe contener dos litros de agua potable, alimentos no perecederos como enlatados y deshidratados, equipo de primeros auxilios (antisépticos, gasas, algodón, tapabocas, guantes, tijeras, termómetro, libreta, lápiz, lista de teléfonos de emergencia, bolsas plásticas y medicamentos).
- Determinar un lugar seguro para evacuar, si es necesario.