Guillermo León García
LA PATRIA | SAMANÁ
Los restos del sacerdote Arley Arias García, quien lideró la comisión de paz del corregimiento de Florencia, ya reposan en el cementerio de Samaná. Su abuelo Ananías García, su madre María Graciela García Bedoya y su hermano Obdulio Arias García se encargaron de trasladarlos desde el camposanto de Itagüí (donde los exhumaron) hasta el municipio del oriente de Caldas donde nació, creció, adelantó parte de su labor pastoral y fue asesinado el 18 de enero del 2002.
Los samaneños se volcaron a acompañar a la familia Arias García en el homenaje que le rindieron el pasado sábado al mártir de Samaná. Madres que perdieron a sus hijos durante el conflicto armado encabezaron la ceremonia, que fue liderada por Óscar Aníbal Salazar Gómez, obispo de la Diócesis de La Dorada-Guaduas. Él recordó la laborar evangelizadora del padre Arley, quien nunca se desanimó ni se amedrentó en el cumplimiento de su deber sacerdotal, entregó su vida por salvar la de sus feligreses que quedaron en medio de los frentes 47 y 9 de las Farc y el Ómar Isaza de las Autodefensas del Magdalena Medio.
Después de la ceremonia, los asistentes al homenaje caminaron desde la parroquia hasta el cementerio. Las madres cargaron un cartel que tiene las huellas de sus manos como símbolos de que se resisten a olvidar a sus hijos víctimas de reclutamiento y desaparición forzada o asesinados como el padre Arley. Al llegar los familiares del religioso sepultaron los restos en un osario especial junto a la capilla del camposanto para que los visitantes y feligreses oren por el eterno descanso del mártir de Samaná.
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