Óscar Veiman Mejía
LA PATRIA | Manizales
Bienvenidos a la historia, perdón, y también a la prehistoria. Este viaje de siglo en siglo, por la oscuridad de los tiempos, partió a las 10:00 de la mañana el 30 de noviembre pasado del templo de Arma con su párroco, José Mauricio Jaramillo. Sin más vueltas, lo que buscamos es la verdad acerca del Cristo de la Conquista.
En el trayecto imaginario es común encontrarse con miles de indios Cocuyes, luego llamados Armas o Armados, con caciques. También con reyes españoles; con el mariscal Jorge Robledo y su esposa, María de Carvajal, llegados de fundar Cartago y Anserma; con Sebastián de Belalcázar, con San Antonio, la Virgen, y otros personajes de ayer y hoy.
El sacerdote Mauricio con su mirada domina cada rincón del fresco y silencioso recinto, tan cautivador y enigmático como el mismo pueblo, fundado en 1542, es decir, 50 años después de que los hombres de Cristóbal Colón gritaron "Tierra a la vistaaa...".
Faltan 45 minutos para que el padre tenga en su mano derecha la valiosa reliquia del Cristo de la Conquista y ponga de nuevo sobre el altar el viejo debate: la imagen llegó de Europa o Quito con Robledo y su gente o fue traído del mismo Quito en el Siglo XVIII por un sacerdote, aún sin identificar.
La leyenda, pasada de voz en voz y de escrito en escrito, da crédito a que Robledo con sus tropas, caballos, perros, lanzas y espadas, pasó de sur a norte del país y con sus estandartes trajo al Cristo, al San Antonio y a la Inmaculada Concepción.
Para los armeños el hijo de Dios llegó a lo que hoy es Caldas, por primera vez, hace mucho, mucho tiempo. Ocurrió, según ellos, más o menos 1.500 años después del nacimiento del Salvador del mundo en un pesebre de Belén, en el Lejano Oriente.
El comerciante Carlos Jaime Mejía nació, creció y vive en Arma. Sentado en la Casa Cural está seguro de lo que dice: "Lo que sé del Cristo de la Conquista, y que está grabado en la historia, es que en la época de la Conquista Española fue la señora de Jorge Robledo quien lo trajo y lo dejó acá con la imagen de San Antonio".
Para el religioso está claro que los conquistadores, como cristianos que eran, se acompañaban del crucificado y otras imágenes. "Además, con la presencia de un sacerdote para remitirse continuamente a Dios".
En textos de turismo afirman algo similar. "...Otra imagen valiosa de este lugar es la del Cristo de la Conquista que fuera propiedad de doña María de Carvajal, esposa del mariscal Jorge Robledo...", promociona la guía El Nuevo Caldas, un encanto para llevar en ti.
Semblante
La historia oficial del actual corregimiento de Arma (Aguadas) indica que lo fundaron el 25 de julio de 1542. Que el conquistador Sebastián de Belalcázar le ordenó al capitán Miguel Muñoz fundar una villa con el nombre de Santiago de Arma, ofendido con Jorge Robledo al que perseguía y acosaba. Se calcula que dos años atrás Robledo descubrió este sitio.
El padre Mauricio camina por el templo, que sobresale a lo lejos en el paisaje por su ladrillo zapote a la vista. Muestra uno a uno los vitrales, que son escenas del apóstol Santiago, patrono de la Parroquia. Sale al atrio y en segundos está en la Casa Cural. Allí, sube al segundo piso y descuelga el crucifijo.
Empotrado en un madero, de quién sabe cuántos años o siglos, la figura muestra el semblante de Cristo recién muerto, él mismo a quien los cristianos le celebrarán el 25 de diciembre próximo los 2.017 años de su nacimiento.
Razones
¿Por qué Robledo fue a parar a Arma si sus objetivos estaban en la margen izquierda del río Cauca?. Una respuesta la da Luis Javier Caicedo en la introducción del escrito Los indígenas de la provincia de Anserma y los 475 años de fundación de la ciudad.
El cacique Cananoa, en Irra, le contó que los Quimbaya tenían enormes tesoros, o sea, oro. A Robledo se le abrieron los ojos y con su tropa sometió primero a los pueblos del norte: Pacura, Picara y Carrapa.
Lo siguiente es una pequeña muestra de lo que vio Robledo cuando llegó a Arma, lo mismo que le reportó al rey Carlos I de España. “La provincia de Arma, que está adelante dos leguas de la Paucura, es diferente destrotas; es mayor e más rica que ninguna destrotas, dejando la de Quimbaya…”.
Y algo más: “Aquí usan los indios diferente traje e no son tan pulidos ni tan cortesanos en su traer y habla ni en su comer y beber, y sus casas son de otra hechura que son redondas; las indias traen unas pampanillas, ques hasta palmo y palmo y medio de paño de algodón que les ciñe al cuerpo y no se tapan más de sus vergüenzas y traen todo el muslo y pierna de fuera, y no traen otra cosa…”.
En lo que es el norte caldense y sur de Antioquia, Robledo encontró la otra justificación de la Conquista española en América, además de tierras y riquezas. “…toda esta gente son grandes carniceros, y por gran fiesta tienen dentro de su casa muchas calaveras de hombres e hosamentas, y estas de indios que han comido y muerto en la guerra, por donde se puede entender el gran servicio que a Dios se hace en poblarse esta tierra”.
Los conquistadores abrían un hueco y clavaban un tronco como señal de su presencia imperial. También celebraban misas. Robledo andaba con una cruz en hiero forjado, sin la imagen de Cristo, con la cual les decía a los indígenas que debía creer en Dios. "De esa cruz hablan historiadores, pero no se sabe qué se hizo", dice el historiador ansermeño Óscar Peláez.
En Arma, según el libro por Las trochas del Evangelio.. la divina tarea, del padre Horacio Gómez Orozco, los primeros oficios religiosos estuvieron a cargo del Francisco de Frías, quien acompañó a Robledo como capellán.
Las dudas
El padre Mauricio tiene en su escritorio el libro Santiago de Arma en el Apocalipsis. El autor Javier Sánchez toca, en la página 152, un punto clave. Los ojos de las imágenes de antes de mitad del Siglo XVIII eran pintados. Después eran de vidrio. Y de este último material eran los de San Antonio y de la Virgen de Arma de Rionegro. Tal vez el Cristo de esta historia tampoco pase ese rigor, aunque sus ojos están cerrados.
El sacerdote Horacio Gómez, vicario episcopal para la cultura de la Arquidiócesis de Manizales, es considerado palabra de Dios en el tema. Para él, San Antonio y el Cristo de la Conquista fueron traídos de Quito. En Caldas, según sus estudios, solo una campana y una Virgen fueron de la época de la Conquista Española, ambas llegaron a Anserma, fundado en 1539.
Peláez, historiador de Anserma, comenta que se trata de la Virgen de Santa Bárbara y agrega otro elemento. "En la quebrada Lázaro encontraron un medallón con la imagen de Robledo, pero igual que la Virgen despareció hace mucho tiempo".
Para el padre Horacio la única imagen de Arma que llegó con los conquistadores es la Virgen de Arma de Rionegro, que precisamente fue llevada a ese pueblo antioqueño cuando Arma cayó en decadencia, tras ser protagonista en la Conquista y la Colonia. Esa Virgen, cuentan las narracions, la donó el rey Felipe II.
Obsequio
En este camino vamos a ir un momento a través de un texto a México, más exactamente a la Capilla de las Reliquias de la Catedral Metropolitana. La reseña habla de un Cristo que el rey Carlos V regaló a los conquistadores por los territorios indígenas ganados.
Añade: “Se cree que Carlos V obsequió tres cristos semejantes a Hernán Cortés por conquistar México; a Francisco Pizarro, por Perú, y a Gonzalo Jiménez de Quesada, por lo que es hoy Colombia.
El Cristo de la Conquista que está en Arma, sea de origen español o quiteño, del Siglo XVI o XVIII, representa un testimonio clave en el conocimiento de la historia y su significado. El padre Mauricio comenta: "Es como dar la mirada un punto atrás que esto que tenemos hoy no es de un día para otro, sino que ha sido el fruto de muchos años de una historia que a veces se desconoce y se desvaloriza".
De la plazuela de Arma se desprende una calle que pasa por casas antiguas, de arquitectura de la colonización Antioqueña. Por allí se llega al Hogar del Adulto Mayor donde habita Laura Ortiz de Ochoa. Ella dice que en el pueblo han sido devotos de San Antonio. "Y también del Cristo de la Conquista, al que le rezamos muchos credos y padrenuestros".
Nota: para esta nota se consultaron los libros Santiago de Arma en el Apocalipsis. Por las trochas del Evangelio... la Divina tarea. Santiago de Arma y la conquista española en el encuentro de dos mundos. Caldas en las crónicas de Indias. Arquidiócesis de Manizales 1900-1975. Tesón de una estirpe Catedral Basílica de Manizales.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015