LA PATRIA | MANIZALES
Las familias que habitan las 10 viviendas que recibieron la orden de desalojo el pasado 19 de abril en el barrio Santa Ana de Villamaría permanecen en sus viviendas.
Yenni Montes asegura que no se fueron al albergue que habilitó la Alcaldía, por el temor a que los ladrones les robaran sus pertenencias. Sebastián Idárraga, secretario de Planeación, sostiene que luego de la evaluación, determinaron que deberán demoler dos viviendas allí, dado el riesgo en el que están ubicadas. Agrega que a las familias les garantizaron la atención en el albergue.
Resalta que en Molinos demolerán otras cinco casas. "Estas familias serán priorizadas dentro del plan de vivienda que se proyecta con el Ministerio de Vivienda y la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, que aún permanece en estudio". Villamaría cuenta con 223 familias inscritas en el Registro Único de Damnificados.
En Molinos
En el barrio Molinos también están preocupados por la fuerza con la que pasa el río Chinchiná por esta zona. Los esposos Luis Carlos Monsalve y Offir Soto manifiestan que en la parte baja del patio de su vivienda el agua arrastró parte del terreno. "Le pedimos a la Alcaldía que nos ayude, porque estamos apenas a unos 10 metros del río", manifiesta Offir.
El secretario de Planeación responde que mantienen monitoreo en la zona y que desconocía la denuncia, pero que hoy enviará personal técnico de su despacho para que evalúe la situación.
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