Julián García
LA PATRIA | Villamaría
Un deslizamiento que se registró en Villamaría tiene a los habitantes del municipio con racionamiento en el servicio del agua desde la noche del lunes.
De acuerdo con Aquamaná, empresa prestadora del servicio de acueducto, alcantarillado y aseo, en la mañana del lunes se presentó un derrumbe en la parte alta de las fincas Argel y Felicia, que obstruyeron parte de la bocatoma Chupaderos. En el transcurso del día lograron remover el material y restablecer el servicio.
Sin embargo, a las 8:00 de la noche se reportó un segundo derrumbe de grandes proporciones en la vereda Los Alpes. Esta vez, el desprendimiento de la masa de tierra provocó el taponamiento de la bocatoma de Chupaderos, que suministra el 60% del agua en Villamaría, dejándola inoperante. "la sedimentación está generando turbiedad del agua, la cual está muy pantanosa, y es muy difícil tratar el líquido", señaló el comandante del Cuerpo de Bomberos de Villamaría, Jairo Alarcon Pulgarín.
Actualmente, los habitantes están recibiendo el servicio de manera restringida, ya que solo está operando la bocatoma alterna de Chupaderitos, que proporciona el 40% restante del agua en Villamaría y bombea 90 litros por segundo.
El Cuerpo de Bomberos indicó que algunos sectores se están abasteciendo del agua que suministran dos carrotanques. Uno de propiedad de la Gobernación de Risaralda y otro del municipio.
Por su parte, Aquamaná señaló en un comunicado que esperan que la contingencia no sobrepase los 3 días. Mientras tanto el servicio se restablecerá por horas. "Se activó el plan de contingencia por parte de la empresa a nivel municipal, con los entes vinculados como el Cuerpo de Bomberos, la empresa de Aguas de Manizales y la Unidad de Gestión del Riesgo Departamental".
Además, invitó a la comunidad a que hagan un uso racional del agua y abstenerse de actividades que demanden gran consumo del líquido.
Un problema de años atrás
Ricardo Patiño, habitante de Villamaría, sostuvo que la situación del acueducto del municipio es una deuda histórica que tienen las administraciones departamentales, municipales y el Gobierno Nacional. "Estamos hablando de que Villamaría tiene alrededor de 70 mil habitantes y el acueducto que tiene pues ya no da abasto. Son dos bocatomas obsoletas que surten a Villamaría y no tienen la capacidad para cubrir las necesidades de los villamarianos. Es una situación de años, yo me atrevería a decir que entre 20 y 25 años".
En una reunión y visita a las bocatomas realizada el año pasado, la Corporación Cívica de Caldas sostuvo que la emergencia actual, generalmente se repite en el municipio en temporada de lluvias, porque todavía no se le ha dado una solución estructural a este problema. Pidió atención y eficiencia para asegurar el acceso de agua potable al municipio, que contempla una creciente expansión urbana.
Jorge Luis Gómez Martínez, jefe de Planeación y Proyectos de Aquamaná ESP, señaló en esa misma visita que se tiene contemplada la construcción de tanques de almacenamiento, además, que cuentan con unos estudios para optimizar las bocatomas, y construir una tercera, pues Chupadero y Chupaderitos tienen más de 30 años.
Aún no hay recursos
El proyecto de construcción de una tercera bocatoma se presentó a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), pero no pasó. El plan b es pedir los recursos ante el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio.
Según Gómez, la empresa ha estado comprometida con la gestión de los recursos.
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