Damnificados se sienten respaldados

ADOLFO CORTÉS

LA PATRIA | LA DORADA

La alarma que sonó ayer en la tarde desde la Base Aérea de Palanquero, en Puerto Salgar, como parte de un simulacro, hizo pensar lo peor a las familias damnificadas por las inundaciones de viviendas en La Dorada. El río Magdalena se desbordó a causa de las fuertes lluvias.

Jorge Morales es vendedor informal de jugo de piña y le asusta que desde hace un mes no ha podido salir a trabajar y la situación económica es muy pesada. "Estamos en manos de lo que la gente nos ha regalado. Tenemos una niña de 6 meses y hay un recibo de la luz por pagar, casi a punto de corte, y no tenemos con qué. Si nos quitan la luz en estos momentos, que estamos entre el río, qué hacemos con la familia. También preocupa el plaguero que hay por aquí, mucho zancudo. Lo que más nos preocupa es que nos dejen sin luz".

Cuenta que al amanecer del domingo, cuando se creció el río, estaban dormidos en su casa del barrio Bucamba. Jorge pensaba que tenía una pesadilla, sacó la mano y tocó fue el río. "Les dije a la mujer y a los hijos que saliéramos, el río nos daba en la cintura".

Su esposa Luz Dary Gómez reconoce que Bomberos les ha colaborado con plásticos y mercado, y que incluso hasta en la noche los visitan para verificar el nivel del agua. "El río sube y vuelve y baja, pero hoy -ayer- ha bajado mucho".