Óscar Veiman Mejía
LA PATRIA | Manizales
El triunfo de Guido Echeverri marca varios puntos de reflexión para Caldas. Más allá de ser histórico, por ser el primer elegido en dos ocasiones, señala puntos de la vida política y administrativa con consecuencias casi inmediatas. Así mismo, llama la atención la diferencia con la que ganó.
Y las dos inquietudes más recurrentes, antes de la posesión, son: si habrá un viraje que impulse la inversión ante la rebaja en el presupuesto nacional y las restricciones por Ley 550. Y la otra es si Guido logra pasar una nueva prueba de posible inhabilidad, en la que casi seguro insistirán sus contrincantes.
Esta vez Echeverri llega al puesto con apoyo distintos a los del 2011, cuando ganó las elecciones. En esa ocasión estuvo con el yepobarquismo, el sierrismo y Cambio Radical. En este 2015 lo acompañaron la U, el sierrismo y Cambio Radical.
Desde lo político, la Unidad Nacional ratifica su poderío en la Administración Departamental, luego de que en el 2013 ganó con Julián Gutiérrez, desbancando por primera vez al yepobarquismo.
Guido en el 2011 con 150 mil 470 votos derrotó a Gabriel Vallejo (la U) con 142 mil 321 y a Armando Ramírez, del MIRA, con 21.164.
Sus rivales en esta ocasión fueron Carlos Uriel Naranjo, apoyado por una combinación hasta hace unos meses impensable. Por un lado por el Centro Democrático con Adriana Gutiérrez y el excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga. Y por el otro, el exsenador Ómar Yepes.
Esta alianza venía alentada quizá, en parte, por los guarismos en Caldas en las presidenciales del año pasado cuando Óscar Iván Zuluaga (238.120) superó a Juan Manuel Santos (131.468).
Los resultados, además del duro golpe para el uribismo en territorio caldense, ratifican el mal momento del yepismo.
También sorprendió la amplia ventaja. Guido de lejos venció a Jorge Hernán Mesa, la carta liberal del representante Mario Castaño, y a Carlos Uriel Naranjo, del Centro Democrático.
El ahora gobernador electo sacó ventaja en todos los municipios, salvo en La Merced, Pácora, y Norcasia, donde ganó Mesa, y en Pensilvania, donde quedó primero Naranjo.
El fenómeno es difícil explicarlo. Sin embargo, además de que Mesa y Naranjo no calaron en el electorado, pudo jugar un papel fundamental el carisma de Guido, personaje capaz de relacionarse con pescadores, agricultores, funcionarios municipales, departamentales y altas esferas del Gobierno Nacional, sin dejar atrás sus relaciones con los privados.
Quizá estar en la línea del Gobierno Nacional le abra de nuevo las puertas a Caldas en proyectos fundamentales que han estado estancados. Y con el visto bueno, principalmente del vicepresidente Germán Vargas Lleras, Guido tiene el viento a su favor.
Lo que se espera es que aproveche para que por fin el aeropuerto tome un rumbo imparable para que sea realidad. Que se concreten los kilómetros que faltan para unir cabeceras municipales, tipo Aguadas-La Pintada, San José-Risaralda, solo para nombrar unas.
Eso sin olvidar que aún no se pone la primera piedra, tras cuatro administraciones, del puerto multimodal en La Dorada ad portas de reactivar la navegación del río Magdalena.
El mismo mandatario electo tiene en sus manos otros no menos clave. La salud de la niñez, con un nuevo hospital infantil, la generación de más y mejor empleo, más oportunidad para los jóvenes, entre otros.
Este Guido II de todas maneras corre el riesgo de ser demandado de nuevo por una supuesta inhabilidad. En su primer periodo solo pudo estar 18 meses, debido a que el Consejo de Estado ratificó la sentencia del Tribunal Administrativo de Caldas en el sentido que no podía aspirar a las elecciones del 2011, pues su esposa ejerció, dentro del año previo a los comicios, como secretaria de Hacienda de Manizales.
La duda que surgió ahora es ¿Puede la persona cuya elección fue declarada nula postularse al mismo cargo de elección popular, teniendo en cuenta que entre el periodo en que ejerció la función pública y el periodo para el que se postula medió la elección de otro servidor público?"
Lo que dice el Consejo es que si se declaró nulo el acto administrativo significa que este desapareció de la vida jurídica, por tanto "no se tipifica la prohibición de ser reelegido".
Por eso, Guido podrá empezar el primero de enero su nuevo mandato, con la ilusión de aprovechar la experiencia de su primer paso por el cargo, y concluirlo con gestiones y realizaciones positivas para las 900 mil personas que viven en Caldas.
En 1992 quedó establecida en Colombia la elección popular de gobernadores. Desde entonces por el palacio amarillo pasaron Ricardo Zapata, Tony Jozame, Luis Alfonso Arias, Emilio Echeverri, Mario Aristizábal y Guido Echeverri. También, ante la destitución de Aristizábal, y la anulación de la elección 2011 en la que ganó Guido, estuvieron Francisco Prieto y Juan Martín Hoyos, respectivamente.
La primera vez que Guido llegó al cargo lo hizo apoyado por la vieja coalición yepobarquista, junto con el sierrismo y Cambio Radical. Su convulsionada administración terminó apoyada por la U, contrincantes en los comicios del 30 de octubre del 2011.
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