JUAN CARLOS LAYTON
LA PATRIA | MANIZALES
Las primeras tres horas y media se fueron en la presentación del informe de la Industria Licorera de Caldas. Los regulares resultados que se obtuvieron en el 2014, la leve mejoría en el 2015 y las actuales condiciones en los primeros cinco meses del 2016.
Sin embargo, dos horas más tarde, a las 2:27 p.m se prendió el verdadero debate en la Asamblea departamental, después de que el gerente, Luis Roberto Rivas Montoya, terminó su presentación, con lo que algunos calificaron como una "bomba": la propuesta de abrir fronteras con las demás regiones para mejorar los convenios, incluyendo a Antioquia.
Aunque hoy se adelanta en el Congreso de la República un debate sobre la Ley de Licores (152), que incluye la opción de abrir fronteras en el mediano plazo, el gerente planteó la importancia de iniciar este proceso prácticamente desde ya, con el fin de salir a recuperar mercados.
"No se gana mercado, si no se compite", dijo, al tiempo que resaltó que la destilería no se puede estancar en un mercado regional de casi un millón de habitantes, cuando existe la posibilidad de entrar a Antioquia y ganar casi siete veces más de lo que hoy se tiene, en una región que tiene 6,5 millones de habitantes y que concentra casi el 30% del mercado nacional del ron y del aguardiente.
Rivas Montoya planteó dos escenarios. En el primero, reconoció el riesgo de perder el 50% de mercado del aguardiente en Caldas con la entrada de la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA). Pese a ello, estimó que ganaría el 30% del mercado del ron a esa región. El estimativo es que en este caso se podrían tener unas ganancias de casi unos $7 mil millones en el próximo cuatrienio.
En el segundo escenario, que consideró más real, se perdería solo el 30% del aguardiente en Caldas, pero se conquistaría el 60% del mercado del ron en Antioquia, igual a unos 4 millones de botellas. Ese estimativo les arroja unas ganancias de unos $22 mil millones a cuatro años.
Para Rivas Montoya, esta es la muestra de que no se tiene que esperar más, justo cuando se pueden anticipar a la Ley y tomarse este tiempo para elegir distribuidores y ubicar productos.
Mayores pérdidas
El concepto de los distribuidores es otro. Fernando Sánchez Prieto, de la zona del oriente y occidente de Caldas, y quien tuvo 15 minutos para exponer su posición en la Asamblea, en representación de los distribuidores, sostuvo queno se entiende el porqué se quieren abrir fronteras antes de la nueva Ley, cuando esta protege el aguardiente por lo menos seis años.
Según sus estimativos, solo en el primer año Caldas perdería el 50% del mercado del aguardiente Cristal, igual a unas 1,5 millones de botellas, y en los otros tres o cuatro, el 90%.
Puso el ejemplo de Risaralda y Quindío donde hace 10 o 12 años se perdió el 90% del mercado, sin poder recuperarlo, con una leve participación de solo el 5%.
Luis Felipe Toro, representante de Casa Cristal, distribuidor en el norte de Caldas, estimó que al final la pérdida para el departamento sería de unos $2 mil 500 millones en Caldas, contra unas ganancias adicionales de la FLA de $8 mil 500 millones.
Mayor prudencia
Algunos diputados también cuestionaron la propuesta, al considerar que es una forma de evadir su paso por la Asamblea para definir el futuro de la apertura de fronteras.
Jorge Hernán Aguirre, del Partido Liberal, insistió en que aunque es necesario competir y mejorar las estrategias, no es lógico apresurarse.
Ante el temor de perder el mercado del aguardiente, Rivas Montoyas sostuvo que es una preocupación que debió tenerse hace mucho tiempo, pues el mercado ya se perdió, pasando de casi unas 30 millones de botellas a solo unas 5 millones que hoy se comercializan.
"No necesariamente es sacrificar el aguardiente. Podríamos perder algunas ventas, pero quedaría un mercado local, que es lo que tenemos. A cambio fortaleceríamos el mercado del ron y conquistaríamos nuevos mercados para ambos productos", sostuvo.
También insistió en que la protección del aguardiente es un sofisma de distracción, pues la salvaguarda es solo para la producción o introducción frente a los importados. "El planteamiento que se hace es para proteger los intereses de unos particulares, más no los de la ILC o de la región". El debate se prolongó por 10 horas y 38 minutos, sin que las partes lograran convencerse. Ahora el interés es escuchar al gobernador de Caldas.
¿Qué le parece la propuesta?
* Jorge Hernán Aguirre, Liberal: Es una decisión tomada a la ligera. Tenemos hasta seis años para prepararnos, pero no los queremos aprovechar. El gerente sí tiene que decirle a la opinión pública qué lo lleva a tomar una decisión tan apresurada.
* Juan Sebastián Gómez, La U: El reclamo de los distribuidores es válido, aunque también hay que entender la posición de la ILC que si seguimos haciendo lo mismo, obtendremos más de lo mismo. Pese a ello, me parece que es mejor hacer un trabajo poco a poco.
* Héctor Alberto Giraldo Quintero, Cambio Radical: Es claro que al ser una competencia directa de Caldas vamos a perder mercado. Por qué no pensamos más bien en mejorar el mercado en los otros departamentos y fortalecer las ventas de ron y aguardiente.
* Antonio Corrales, Centro Democrático: me parece una propuesta arriesgada. La ILC no tiene un plan estratégico ni la agresividad que sí tiene Antioquia.
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